(Pastores Gonzalo y Andrea Sanabria, Devocional No. 055)
Cuando el apóstol Pablo estaba prisionero con Silas, por predicar la fe en Jesús, en el calabozo de más adentro de la cárcel de Filipos, con los pies en el cepo y sus espaldas heridas por los azotes, “a medianoche comenzaron a cantar a Dios y los presos los oían… entonces de repente sobrevino un gran terremoto, y al instante se…