AGRADECE A DIOS Y NO TE QUEJES
Hay personas nocivas para nuestra salud, aquellas que se quejan de todo, si llueve, se quejan; si hay sol, también. En vez de agradecer a Dios por la vida, su salud, su trabajo. Aprenda a ser agradecido a Dios.
“Entren por sus puertas con acción de gracias; vengan a sus atrios con himnos de alabanza; denle gracias, alaben su nombre”. Salmos 100:4
Supe acerca de un hombre que viajaba en un autobús. De pronto, observó a una hermosa jovencita de ojos claros y cabello rubio. La contempló por varios minutos y se lamentó por no poseer la misma belleza física. Minutos después la joven bajó del autobús con suma dificultad, le faltaba una pierna. Sin embargo, ella sonreía.
Luego el hombre compró el periódico a un simpático muchachito que estaba sentado en una esquina de la ciudad. Le impactó su sonrisa y su trato cortés. A la hora de pagar, el hombre se dio cuenta que el muchachito era ciego.
Más tarde, el hombre encontró a una niña que lloraba sin consuelo en una banca. Le preguntó. “¿Porque lloras?” Al no recibir respuesta, comprendió que la niña era sorda.
Al anochecer, aquel hombre se arrodilló junto a su cama y oró diciendo: “¡Dios perdona todas mis quejas y lamentaciones! Gracias Señor por mis piernas, mis ojos y mis oídos. Gracias a ti Señor, puedo caminar, ver y escuchar.
Apreciado amiga(o) deja a un lado las quejas y lamentaciones. Mire el dolor ajeno. Pero, por sobre todas las cosas, dé las gracias a Dios por todo lo que tiene. La Biblia dice: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros...” 1 Tesalonicenses 5:18
Ahora, ore al Señor, dele gracias por la vida eterna que tiene, comparta esa fe, y consuele a los discapacitados.
De: Gotitas de amor y esperanza
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