Escuché una vez una comparación que me ayudó a entender lo que es la felicidad, ésta es como el rabo de un perro, el cual si éste intenta atraparlo, dará vueltas y vueltas sobre sí mismo sin lograrlo. Si, en cambio, se olvida de buscarlo y responde más bien al llamado de su amo, su felicidad lo seguirá a todas partes.

Cuántas personas no se la pasan buscando la felicidad y no pueden alcanzarla, porque creen obtenerla en cosas que no son perennes sino pasajeras.

¿Y QUÉ TAL TÚ?

¿Va en busca de la felicidad? Primero debe entender que la felicidad no se da por las cosas que se tengan, la felicidad es un estado, es una actitud hacia la vida, sin importar lo que se tiene.

La única manera de permanecer lleno de gozo (felicidad constante) es teniendo la plena certeza que todo será mejor, y ello proviene de la promesa dada por el Señor Jesús por medio de Su Palabra: una Vida Eterna a su lado, llena de paz y amor.

Saber que estamos de paso y que existe una recompensa eterna por ser hijo de Dios, nos da la certeza que todo será mejor y que esto solo dura un poquito y vale la pena  comparado con la Eternidad llena de gozo al lado de nuestro Señor Jesucristo.

FUENTE: VIA JESUS

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