El tiempo es...

Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente. Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa. Hebreos 6:13-15

 

 

Si algo es común en todos nosotros como seres humanos, es que deseamos que aquello que tanto anhelamos nos llegue o sea otorgado rápidamente, y encontramos vez tras vez en las páginas de la Palabra de Dios, que los grandes hombres del Señor que alcanzaron la bendición, no fue antes de esperar confiadamente el tiempo de Dios, o lo que en otras palabras llamamos el kairos de Dios, su tiempo perfecto. Dios nos confirma vez tras vez, que nos quiere bendecir sobremanera, y que todo lo que nos brinda es para nuestro bienestar; infortunadamente la mayoría de veces somos nosotros mismos, quienes pasamos por alto dos cosas: 1) La paciencia, el saber esperar, pero no es un esperar como algunos "tecleando con los dedos sobre la mesa", como diciendo "bueno apúrese, apúrese"; sino un esperar confiadamente que llegará lo mejor, y, 2) Es una espera en oración, en la cual estemos atentos a lo que nos muestre en cada paso que damos, estar atentos, escudriñando su Palabra, qué quiere que hagamos. Así que, si quieres -como creo que lo anhelas-, ser grandemente bendecido(a), entonces, estudia la vida de Abraham (como mínimo), para que entiendas que la bendición es el resultado de una fe sin cortapisas; y haciendo a un lado la incertidumbre, porque ¿cuántos años tú tienes? Y ¿cuántos tenía Abraham? Esa es la fe verdadera, la cual nos lleva a saber esperar siempre ese kairos de Dios. No te desesperes, ni des lugar a las dudas o a comentarios negativos, tú enfócate en tu Señor y entonces recibirás en abundancia. Bendiciones. 

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