En el tercer viaje apostólico de Pablo, éste se dirigió hacia Efeso, capital de la provincia romana de Asia, donde estuvo unos tres años predicando la palabra de Dios, tanto a judíos como a gentiles. La ciudad de Efeso en tiempos fue un puerto principal situado sobre las rutas comerciales entre Grecia y Asia Menor. Aquí Pablo se enfrentó a los miembros de un culto pagano muy venerado, el de Artemisa. Cuenta la historia que Efeso fue fundada al parecer en el siglo XI a.C por griegos jónicos, pero antes de que éstos llegaran ya existía en ese lugar el culto de una diosa conocida como Artemisa que se extendía a lo largo de las rutas comerciales.

La Artemisa efesia era una modalidad de la antigua diosa madre de Asia y Anatolia siendo adorada en casi todo el litoral del mediterráneo. Se comenta que los griegos la definieron con su Artemisa (la Diana romana) hija de Zeus y Leto y hermana de Apolo, pero en realidad era muy diferente de esta virgen cazadora, diosa de la luna y protectora de la castidad, por el contrario la Artemisa efesia era la patrona de la fertilidad y se le representaba con numerosos senos y unos vestidos adornados con animales y aves.

Aunque Artemisa era famosamente adorada en diversas partes del Imperio Romano, su radio de acción estaba situado en Efeso. En el siglo VI a.C el arquitecto Quersifrón construyó un gran edificio en honor de Artemisa, que dos siglos más tarde se derrumbó gracias a un incendio. El mismo fue reconstruido posteriormente más grande y muy majestuoso cobrando fama como una de las siete maravillas del mundo antiguo. La ciudad de Efeso es mencionada en Hechos 19:35 "La custodia de la gran Artemisa y de su estatua venida del cielo", dicha estatua tal vez haya sido un meteorito que los efesios asociaron con la diosa y lo conservaron como santuario.

En Hechos (19:23-41) se pueden apreciar las dificultades que Pablo tuvo a la hora de predicar, los plateros y orfebres del lugar que vivían de la venta de objetos asociados con el culto de Artemisa sintieron temor de la doctrina que él predicaba por que ponía en aprietos su fuente de trabajo. Pero vamos a darle un repaso a lo sucedido-Pablo decidió ir a la ciudad de Jerusalén, pasando por las regiones de Macedonia y Acaya. Luego pensó ír de Jerusalén a la ciudad de Roma, así que envió a Timoteo y Erasto, que eran dos de sus ayudantes a la región de Macedonia, mientras el se quedaba unos días más en Asia.

En Efeso las cosas para Pablo no fueron muy alentadoras prsentándose algunos problemas, uno de ellos fue provocado por un hombre llamado Demetrio que se dedicaba a fabricar y vender figuras de plata de la diosa pagana Artemisa. Pero, la cosa tomó otro curso cuando Demetrio reunió con sus ayudantes y con las demás personas que se dedicaban a hacer más o menos o mismo que él.
En un discurso dijo y cito:-Amigos, ustedes saben cuanto necesitamos este trabajo para vivir bien, Pero, según hemos visto y oído, este hombre llamado Pablo ha estado alborotando a la la gente de Efeso y de toda la provincia de Asia.

Según él, los dioses que nosotros hacemos no son dioses de verdad y de mucha gente que ha creído, amigos reunidos replicó Demetrio: Pablo no sólo está dañando nuestro negocio, sino que también esta quitando fama al templo de la gran diosa Artemisa. Hasta el momento, ella es amada y respetada en toda la provincia de Asia y en el mundo entero, pero muy pronto nadie va a querer saber de ella. Cuando los presentes oyeron el discurso se enojaron y comenzaron a gritar: "Viva Artemisasss", "Viva Artemisaaaaa" la diosa de Efeso. Con los ánimos encendidos algunos de los reunidos fueron y apresaron a Gayo y Aristarco los ayudantes de Pablo que fueron arrastrados hasta un teatro.

Pablo al darse cuenta del suceso decide entrar al teatro, pero muchos de los seguidores de Jesús y autoridades del lugar le aconsejaron que no lo hiciera. Dentro del teatro todo era confusión, muchos gritaban sin saber exactamente lo que pasaba, había tremendo tumulto, todos hablaban a la misma vez. Un hombre llamado Alejandro fue empujado al frente casi obligado por un grupo de judíos para que ver lo que pasaba. Este, como quien no quiere la cosa, alzó la mano y pidió silencio para defender a los judíos, pero cuando se dieron cuenta que era judío el gallinero volvió a agitarse y la gente se puso a gritar por más de media hora-"Viva Artemisa, Viva Artemisaaaaaaaaaa".


Amigos, no había control en aquel lugar hasta que vinieron las autoridades, el secretario de la ciudad tomó la palabra y dijo: "Habitantes de Efeso, nosotros somos los encargados de cuidar el templo de la gran diosa Artemisa y sus estatua, la cual bajó del cielo. Esto lo sabemos todos muy bien, así que no hay caso para que esten tan alborotados, ahora, por favor, se me calman y piensen las cosas bien. Ahora bien, estos hombres que ustedes han traido aquí no han hecho nada en contra del templo de Artemisa, ni han hablado mal de ella. Si Demetrio y sus ayudantes tienen algo en contra de ellos que vayan directamente a los tribunales y hablen con los jueces.
De esta manera allí cada uno podrá defenderse, y si aún tuvieran otra cosa de que hablar, deberán tratar el asunto cuando las autoridades de la ciudad se reunan.

No tiene ningún motivo para causar este alboroto, más bien, se nos podría acusar ante los jueces de alborotar a la gente. Cuando el secretario terminó de hablar hubo un silencio y este le dijo a la multitud que se marcharan a ssu casas. Cuando todo aquel tumulto finalizó Pablo mandó a buscar a todos los que le creían y les dijo que no dejaran de confiar en Jesús y luego se despidió de ellos y se fue hacia Macedonia.

EDWIN KAKO VAZQUEZ
ESCRITOR E HISTORIADOR

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