Amani Mustafa (Foto anexada ), es una ex-musulmana que huyó de la opresión en Egipto sólo para experimentar más abusos en Norteamérica, debido a la persecución por su familia: 

 --"Primero dije, esto no puede pasar aquí. Esta es la tierra de la libertad. No me pueden alcanzar aquí. No lo podía creer",-- comenta Amani.

 Por más de diez años, Amani Mustafa y sus dos hijos recorrieron los Estados Unidos huyendo de su exmarido,quien la amenazó con matarla si no regresaba a Egipto y al Islam.

Amani se hizo cristiana tras leer la Biblia en secreto en el baño.Cuando su padre supo que ella dejó el Islam, la amenazó:

 --"El me pidió que escogiera… ‘o el Islam o Cristo’... Yo casi me derrito pero dije, ‘Cristo’. Entonces él se levantó y me golpeó. Me amenazó diciendo que me ataría a su carro y me avergonzaría frente a la ciudad".--

 Amani huyó y se escondió varios años. Luego se casó con un musulmán que la dejó practicar el cristianismo en secreto.Pero su actitud cambió al nacer su segundo hijo. Amani ya no podía ir a la iglesia y debía usar un velo. Aún cristiana en su corazón, Amani sufría cuando su esposo la forzaba a leer el corán a sus hijos:

 --"Sentía que le daba veneno a mis hijos y eso fue lo mas dificil (llora) saber la verdad… y no ser capaz de decirla".--

 

Sensación de libertad.

 

El esposo de Amani accedió enviarla a vivir a Estados Unidos con sus hijos. Él se les uniría después. Amanituvo una repentina sensación de libertad y alivio cuando el avión despegó de Egipto:

 --“Lo primero que se dejé fue el velo… Mi hijo me miró asustado y dijo, ‘mamá te vas a ir al infierno’ y yo le dije, ‘hijo, acabamos de salir de él’”.

 En América, Amani rededicó su vida a Cristo. En eso, volvió la persecución. Cuando ella le pidió el divorcio a su esposo, él demandó que los niños regresaran a Egipto y al Islam y dijo que ella “pagaría un precio” por su decisión:

 --“El envío a su hermano por nosotros. Escuchaban mis conversaciones telefónicas. Tenían gente vigilándonos. Yo ni siquiera me imaginaba que esto podría ocurrir”,-- comenta Amani.

 Amani y sus hijos huyeron a otro estado donde su esposo no podría encontrarla. Diez años después las amenazas cesaron.

Ella ya no se esconde, ahora tiene una vida pública y se siente llamada a servir en varios ministerios de alcance a mujeres islámicas oprimidas. Además es anfitriona de un programa de televisión transmitido en el Medio Oriente, donde ella y sus co-anfitriones – todos exmusulmanes – hablan de sus experiencias con el Islam.

 --“Hay muchas mujeres sometidas a esposos, padres y familias musulmanas que están viviendo las mismas cosas que yo viví. Hay muchas mujeres que necesitan saber y conocer la libertad de Cristo que yo experimento hoy.

Estas lágrimas no son lágrimas de dolor, sino lágrimas de agradecimiento porque ahora sé que soy salva por la gracia de Cristo” --agrega Amani.

 

“Cada experiencia que he vivido es para Su gloria”

 

Amani se siente privilegiada de compartir su gozo en televisión y está orgullosa de sus hijos. Joshua ahora es Pastor.

Su hija mayor también está en el ministerio. Amani ahora está casada con un hombre cristiano y ambos tienen una hija llamada María.

 --“Estoy convencida que cada experiencia que he vivido es para Su gloria, para ser usada para Su gloria. Nosotros tenemos una decisión, o nos sentamos y lloramos sobre la leche derramada o usamos las malas experiencias para Su gloria y yo decido glorificar el nombre de Dios”-- dice Amani.

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