Mi nombre es Jenny Quintero, vivo en la ciudad de Bogotá, Colombia, tengo 28 años, once (11) años de vivir con mi esposo y tres (3) años de casada, quisiera contarles mi testimonio porque se que les podrá ser de gran bendición a aquellas mujeres e incluso hombres que están pasando por un desierto en su matrimonio.

Conocí a mi esposo estando en pecado el y yo también, de eso les puedo contar que mis seis (6) primeros años de convivencia con él, fueron muy duros, a pesar de que estando en pecado creíamos ser felices, y no era así, nosotros bebíamos hasta emborracharnos y perder el control de todo, bebíamos hasta llegar al punto de irrespetarnos con palabras y con golpes; (1 Cor 6: 10 Ni los ladrones, ni los avaros, ni los Borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores heredaran el reino de Dios); fornicamos o tuvimos intimidad sexual sin casarnos cuando solo teníamos ocho (8) días de ser novios, de ese pecado sexual surgió un embarazo, de una bebe que partió con el Señor, aun estando en mi vientre, claro esta, en el corazón de mi esposo nunca estuvo el tenerla, él me obligaba a ponerme inyecciones y a tomar aguas para abortar, hasta que se cumplió esta situación, a los cinco (5) meses de mi embarazo, me dijeron que la bebe estaba muerta en mi vientre, tanto mi esposo como yo pensábamos que las cosas se habían acabado, pensamos que nuestra unión era por la bebe, pero que lindo es el Señor aun desde ese tiempo tenia algo preparado para nosotros, continuamos una vida desordenada, llena de vicio y pecado, vivíamos juntos, pero si mal no recuerdo nos separamos siete (7 ) veces, tomamos nuestro hogar como un juego, casi siempre yo tomaba la decisión de sacarlo, de decirle que me dejara porque yo quería disfrutar mi vida de igual manera en algo, él también sentía lo mismo porque aceptaba. Llegue a herirlo muchas veces con palabras, porque era grosera, hoy lo reconozco, cuando ya nos separábamos él me buscaba, pero yo no quería estar con él yo quería disfrutar la vida, como dicen en el mundo, aunque lo amaba, sentía que me hacia daño, porque claro yo quería hacer y que él no me hiciera, el conseguía amistades y empezaba a desordenarse completamente, entonces las veces que yo quería salir con él, estaba ocupado, también yo tomaba y cuando estaba embriagada lloraba, me sentía mal, aunque hiciera lo que hiciera, no podía estar en paz; Mi esposo en una de esas separaciones, intento suicidarse ( Jn 10-10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.) y su mamá me cuenta que el decía llamen a Jenny después de haberse tomado un veneno, estuvo hospitalizado, fue al psiquiatra, en fin, una situación dura, porque a pesar de su adicción al licor y a sus amistades el me amaba, quería estar a mi lado, recuerdo tanto que en una de esas reconciliaciones para un diciembre, quede de nuevo embarazada, al parecer las cosas ya iban a cambiar, pero no, fue mas terrible, yo tome conciencia de la importancia de mi estado y del deseo que yo tenia en mi corazón por un bebe, pero mi esposo no, por el contrario continuaba con sus amigos, yo le fastidiaba de manera terrible, al punto que no quería ni siquiera que le hablara, en mi embarazo yo lloraba mucho, pasaba las noches en vela esperándolo para que llegara borracho y ni siquiera me determinara, yo le pedía perdón a mi hijo aun no conociendo del Señor, yo le decía que me perdonara por hacerlo sufrir tanto.

Cuando el bebe nació, igual no le importaba nada, se desentendió completamente del bebe y seguía haciendo lo mismo, peleábamos yo le trataba mal, lo insultaba, bueno en fin todo lo que el enemigo me ponía a decirle, se lo decía. Me parecía una falta de respeto lo que él hacia, pero lo que yo decía, no tenia punto de discusión, era lo máximo, al menos así lo creía. Cuando mi hijo cumplió cinco (5) meses, otra vez le dije que se fuera, y él acepto, se fue sin importarle nada. El 9 de marzo del 2003, fui a la iglesia, ese día él se fue, llore y le clame al Señor que me ayudara, que me diera una salida, porque no soportaba mas, yo nunca le pedí al señor otro hombre, simplemente le pedía que me diera fortaleza para sacar a mi hijo adelante.

Comencé a asistir a la iglesia, hablaba con mi esposo y de verdad, nunca deje de amarlo, además había algo que nos unía y era nuestro precioso bebe, de verdad que los hijos son una bendición, en una oportunidad lo invite a la iglesia, y el acepto asistía y era muy déspota, se cansaba se sentía aburrido, pero el Señor hizo la obra en él, empezó a sentir al Espíritu Santo al punto que quería estar en las primeras filas de la iglesia, pero nos equivocamos de nuevo, ( Prov. 3 5 Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia) Pensamos que eso era todo y ya, volvimos de nuevo a vivir, decidimos por cuenta nuestra que ya no íbamos a ser empleados, sino que compraríamos nuestro propio negocio, y así fue, ni siquiera oramos para hacer la voluntad de Dios, si no que a toda costa era lo que queríamos, e hicimos que quisimos compramos un negocio que se sostenía por el vicio. Un negocio donde el licor era la principal fuente de ingresos, un negocio que nos absorbió tanto el tiempo, que no podíamos ir a la iglesia juntos, uno iba a una reunión y el otro a otra, nos mudamos a vivir en un conjunto residencial, muy cerca del negocio donde el rumor era que todas las parejas que llegaban allá, se separaban, incluso en el apartamento que nosotros alquilamos, había pasado eso, el dueño del apartamento había vivido allí con su esposa y su hija y el hogar se había acabado, esos apartamentos eran producto del fraude, ya que la constructora había engañado a los compradores y la mayoría estaban a punto de que les quitaran el apartamento, en fin, fue de lo mas feo que pudimos hacer, nuestro hijo se enfermo por que el apartamento era muy húmedo, y tuvimos el niño muy enfermo, estuvo por tres (3) meses tomando diferentes antibióticos sin obtener resultado, el bebe tuvo que irse para donde mi mamá para que ella lo cuidara, ese negocio nos absorbía el tiempo, fue muy terrible, mi esposo volvió a fumar, no quería volver a la iglesia, eso me dolía en el alma, pues a pesar de lo poco que conocíamos yo sentía que amaba al Señor con mi corazón, y en medio de mi angustia busque a un amigo que pertenecía a otra congregación para que me ayudara y el hablo con mi esposo, fue a un encuentro o retiro espiritual y el Señor hizo una obra hermosa en él, sin embargo estar en el negocio era una carga muy alta. Seguía orando, mi esposo llego a un punto de desesperación con el negocio, las deudas lo apretaban y el se enfatizaba en la venta de licor, pero el dinero no se veía, mi esposo me dijo que iba a entregar el apartamento y que mirara haber que hacia, yo vivía una situación muy difícil, no sabia que hacer, pero mi esposo me humillaba, de nuevo decidí irme, conseguí un trabajo, era un reemplazo de vacaciones y me fui; aliste mis cosas y una vez mas lo deje, en medio del problema, en medio de ese negocio, una parte de las deudas las traía yo, fui a vivir a la casa de mi mama, y me llene de ira, y lo demande, para que pactáramos una cuota y así fue, pero eso lleno a mi esposo de ira, después de unos meses otra vez hablamos, el niño cumplió años y hicimos una celebración en mi casa, el estaba muy distante conmigo, pero mi hijo sufría a pesar de todo el era el quien sufría, nos ama a los dos, además que me veía sufrir y llorar, todos los días de mi vida, una parte porque dependía de nuevo de mis papas y otra parte, porque yo a mi esposo nunca lo he dejado de amar a pesar de todas las luchas, de nuevo volvimos, eso mas o menos fue en diciembre de 2004, mi esposo estaba trabajando y le iba bien, yo seguía en mi búsqueda de empleo, y en Enero conseguí un trabajo, no ganaba mucho pero podía colaborar en la casa, en Junio de ese año nos casamos por lo civil, y de verdad ese fue un sello que puso el señor, es verdad que el respalda los pactos, fuimos a una notaria los dos con un amigo y ya fue algo muy sencillo, pero el enemigo de nuevo como al año se levanto a destruirnos, mi esposo al parecer tenia otra mujer, porque no me soportaba, me tenía fastidio, consumía licor de nuevo, iba a la iglesia pero por ir, simplemente por acompañarme, pero no me daba ni una muestra de cariño. Me decía, que el ya no me quería, que eso era ajeno a él, y yo lloraba y le decía que se fuera, volvíamos a lo mismo, ahí conocí un Grupo de Intercesión donde los hermanos me apoyaron en oración, y en una consejería en mi congregación, me llamaron la atención, puesto que era yo la que le echaba la leña al fuego, mi esposo prendía un poquito la llama y yo era la que la provocaba a fuego ardiente, me hablaron del poder del ayuno, y de la sujeción, algo que si me costaba, pues en mi casa estaba esta maldición del matriarcado, y yo la quería continuar, ayunaba tremendamente y oraba, ungía su ropa, ungía los alimentos que el comía y aprendí a callar, ante la adversidad, aprendí a no provocar su ira, aprendí que para pelear se necesitan 2 y la verdad yo no estaba dispuesta a dejarle el camino libre al enemigo, (Prov. 15: 1 La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor.). Cancelaba y Reprendía Maldiciones Generacionales, pues las había, mis suegros son separados, todas las hermanas de mi suegra tienen sus hogares destruidos, excepto una que esta dando la batalla, gracias a la misericordia de Dios y a mi testimonio; mi mamá hacia como dos años había decidido irse de la casa y dejar a mi papa después de treinta y dos (32) años de casados, corte el cordón umbilical, que ataba a mi esposo a mi suegra, ya que siempre que pasaba algo, él corría a los brazos de mamá para que le salvara , le ofrende mi hogar al señor, yo le decía que reinara y que me formara, descanse en el señor y aunque viera las cosas mas difíciles, persevere en El, yo sabia que el no me iba a dejar avergonzada (Romanos 9: 33 He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída; y el que creyere en Él, no será avergonzado.) Deje de orar porque mi esposo cambiara; oraba por que mi esposo se enamorara del Señor yo le decía al Señor que toda acción que el hiciera fuera para la gloria y la honra de El, y que mi esposo lo sintiera. En una oportunidad él me dijo de nuevo que no me quería y yo le dije: Mentiroso es el diablo, eso es una mentira que el diablo ha puesto en tu vida y la verdad, el Señor tiene un propósito con tu vida, con la mía y con la de nuestro hijo; 1 Co 10-11 Que la mujer no se separe del marido; y si se separe, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer. En aquella época me parecía demasiado tiempo, pero ahora que lo recuerdo, siento que fue muy rápido que el Señor hizo la obra. Fue entonces cuando aprendí a interceder, a orar y a ayunar, el Señor me daba fuerzas, me arrodillaba y lloraba, lloraba ante mi Señor, y ¡Vaya que Él si me consolaba!, la verdad no se exactamente como empezó mi esposo a cambiar, porque fue poco a poco, pero ya se interesaba mas por ir a la iglesia, por orar, el se interesaba mas por las cosas del Señor.



Un consejo para todas las mujeres: “Párense en la brecha por sus familias, la familia es el núcleo de la sociedad y debemos enseñar a nuestros hijos a vivir en familia, a tener un hogar, a tener cada uno su responsabilidad dentro de esta bendición que el señor nos ha dado”, (Josué 1-9) Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en donde quiera que vayas. Sujétense a sus maridos, (1Pe 3-14 Así mismo, vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas,..)Profeticen sobre ellos aunque hoy los vean en adulterio, o tal vez en alcoholismo, o en cualquier cosa que no le agrade al Señor, llamen las cosas que no son como si fueran, Romanos 4:17… Delante de Dios a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son como si fuesen. Cambien su vocabulario, frente a ellos y verán la gloria de Dios”.

Hoy día no puedo decirles que mi esposo es el hombre mas espiritual, aun el Señor trata con algunas áreas de su vida, pero yo se que ÉL que empezó la buena obra en mi esposo la terminará y siempre recuerdo que ÉL es perfecto Fil 1 ,6 El que comenzó en nosotros la buena obra, la perfeccionara hasta el día de Jesucristo.

Pudimos salir de la casa de mis padres y hace más o menos veinticinco (25) días nos mudamos a un apartamento donde vivimos con nuestro hijo, Gen 12 1-2 Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostrare. Y hare de ti una nación grande, y te bendeciré y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Génesis 2:24 Por tanto dejará el hombre a su padre y madre, y se unirá a su mujer y serán una sola carne.

Ahora estoy en estado de embarazo (Sal 127 3 He aquí herencia de los hijos cosa de estima el fruto del vientre) y mi esposo es nueva criatura, es diferente, el Señor lo hizo nuevamente, ÉL lo cambio, se preocupa por nosotros, esta pendiente y creo por mas, (2 Cor 5 17 De modo que si alguno esta en Cristo nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.)

Porque el Señor no tiene límites, para bendecirnos, muchas veces, los límites los ponemos nosotros, pero cuando nos rendimos al Señor, Él puede hacer la obra.



MUJER, VARON, QUE PASAS POR UNA PRUEBA EN TU HOGAR O TAL VEZ POR MUCHAS, ANIMATE ORA Y AYUNA, EL TRIUNFO DE LA BATALLA ES TUYO EL SEÑOR TE DARA LA VICTORIA EN TU HOGAR, NO IMPORTA CUAN GRANDE SEA TU LUCHA, TU DIOS ES MAS GRANDE Y ANHELA LA BENDICIÓN DE TU HOGAR, TAL VEZ LA ANHELA MAS QUE TU MISMA(O)....CREE Y PERSEVERA Y VERAS A DIOS TRIUNFAR EN TU VIDA...

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