No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde el ladrones minan y hurtan sino haceos tesoros, en el cielo donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan, porque donde este vuestro tesoro allí estará también, vuestro corazón. Porque amados Hnos. Jesús a cada momento decía esto, porque el ser humano por naturaleza solo, mira las cosa…