Quizás Dios te ha confrontado claramente con todas tus limitaciones circunstanciales; es decir, con todas aquellas situaciones externas que NO te favorecen en el medio ambiente en donde estás. Probablemente te ha confrontado con todas tus incapacidades personales; es decir con todas tus debilidades e imperfecciones que tanto te incomodan y que te frenan en llevar una vida cristiana satisfactoria.
Tal vez ya comprobaste por ti mismo, que nada perfecto o…
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