Grandes aflicciones se ciernen sobre las vidas de las personas. Hay hambre en los estómagos, pero hay más hambre en los corazones. Hay confusión en los conceptos, pero hay mayor sed de conocimiento de Dios y necesidad de espiritualidad en el cotidiano quehacer de los hombres sobre la tierra. La información fluye con la rapidez de una creciente y el desorden irresistible de un tornado que todo lo succiona, y todo lo levanta, hasta los cimientos de las casas y los árboles del campo, revolviéndolo…
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