Mirando por la ventana de la cárcel, observaba las estrellas, recordando sus sueños y los años maravillosos que había vivido junto a su padre.
Todo había pasado tan rápido, en un momento feliz y contento, en otro llorando tirado dentro de un pozo seco, con la incertidumbre de no saber que pasaría con su vida. Sus propios hermanos que habían querido matarlo lo venden como esclavo a unos mercaderes que iban hacia Egipto, ¿que pudo haber sido peor?, se preguntaba…
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