El gran error del hombre es el querer ser
autosuficiente, el buscar la independencia de todo y
de todos, incluso del mismo Dios. Mas tarde o
temprano topamos con pared para aprender, que nos
hemos esforzado en vano y sin objeto.
"Señor eres tu quien vence mis batallas. Es tu poder
el que me da la victoria. Gracias por escogerme y
llamarme para vivir en plenitud para honor y gloria de
Tu santo nombre. Contigo soy mas que vencedor, pues
mi causa está en tus manos y mi recompensa en tu
poder"
"He pasado trabajos en vano, he gastado mis fuerzas
sin objeto, para nada. En realidad mi causa está en
manos del Señor, mi recompensa está en el poder de
Dios."—Isaías 49,4
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