En cada paso que Dios avanza en nuestra vida El parece estar excavando para que nuestro cimiento sea solido y fuerte. A pesar de que tenemos luz verde en nuestras acciones y decisiones es preciso dejar que Dios haga su parte en nuestra vida. Aunque nos guste o no cuando nuestro libre albedrío se torna gris y tenebroso transitaremos por la escuela del sufrimiento hasta salir a flote a la superficie de nuestros padecimientos. El libre albedrio es el foco de aquello que vamos a buscar en nuestra humanidad que trasciende y se convierte en un policía encuberto de la razón de ser. Hay que estar apercibido y listo por que el maligno no duerme tratando de establecer sus paramentos demoníacos en el ser y estar del ser humano.

Del otro lado nuestro PADRE utiliza las circunstancias para endurecer nuestros cimientos. Para que esto ocurra debemos ordenar nuestra condición mental, emocional y espiritual. para que haya bendición. Toda decisión es tuya, Dios no viola tu albedrio por que la vida no satisface los reglamentos universales establecidos por El en su código de construcción. camina humildemente ante Dios mientras El utilizara Su palabra, su precioso Espíritu Santo para que nada ni nadie venga a derrumbar su obra. AMEN

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