Cuantas veces nos hemos emocionado al ver películas románticas, hasta hemos suspirado al escuchar a las parejas decir: Te Amo; aun cuando sabemos que se trata solo de una actuación y que lo que están diciendo es solamente un papel aprendido.
Esto sin embargo, nos demuestra la facilidad con la que alguien puede expresar palabras de amor y llegar a ser convincente sin sentir realmente lo que está diciendo.
Cuántas mujeres por ejemplo, han sido engañadas por hombres que con palabras: “Les han bajado el sol, la luna y las estrellas”, para conquistarlas, solo para acostarse con ellas y luego como dice el dicho: “Si te vi, no me acuerdo”, rompiéndoles el corazón.
Como dice la Biblia: “Las palabras de su boca son iniquidad y engaño” (Salmo 36:1). “Las palabras de su boca eran más blandas que la mantequilla, pero en su corazón había guerra; más suaves que el aceite eran sus palabras, sin embargo, eran espadas desnudas” (Salmo 55:21).
Como advirtió el Apóstol Pablo a Timoteo: “Pero debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. Porque los hombres serán amadores de sí mismos, avaros, jactanciosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, irreverentes, sin amor, implacables, calumniadores, desenfrenados, salvajes, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, envanecidos, amadores de los placeres en vez de amadores de Dios; teniendo apariencia de piedad, pero habiendo negado su poder; a los tales evita. Porque entre ellos están los que se meten en las casas y llevan cautivas a mujercillas cargadas de pecados, llevadas por diversas pasiones, siempre aprendiendo, pero que nunca pueden llegar al pleno conocimiento de la verdad” (2 Timoteo 3:1-7).
En nuestra vida, posiblemente nos hemos desilusionado al ver que algunas personas que dijeron amarnos, no lo habían hecho realmente, porque sus actitudes hacia nosotros, no concordaban con lo que decían, tal vez, algún día te preguntaste, si tu habrías hecho eso que te estaban haciendo, si realmente amaras, y no entendías, pero hoy puedes entender que en realidad no te amaban.
Otras personas en cambio, que tal vez no manifestaban su amor hacia nosotros o incluso lo negaban, demostraron con sus hechos un amor verdadero, en los momentos más difíciles, como lo hizo el apóstol Juan con Jesús en la cruz, que no salió huyendo, sino permaneció a sus pies, aun a costa de su propia vida.
Porque aun nosotros, en nuestra relación con Dios nos ha pasado, que muchas veces le hemos dicho que lo amamos, pero lo hemos negado con nuestros hechos.
Dios lo plasma en la Biblia, cuando dice: Este pueblo de labios me honra, pero su corazón, está lejos de mí (Mateo 15:8).
Por eso alguien más dijo en una oportunidad: “Las palabras se las lleva el viento”.
El apóstol Pedro, por ejemplo, le había dicho a Jesús que no se apartaría de Él, y horas más tarde lo estaba negando al canto del gallo.
Pero si algo me llama mucho la atención, del ministerio de Jesús en la tierra, es ver como Él, no se pasa todo el tiempo diciendo a sus discípulos que los ama, sin embargo se los demuestra a cada momento: sanando, liberando de demonios, predicando, teniéndoles paciencia y al final da la mejor muestra de su amor, dando su vida por ellos y por todos nosotros.
Dice la Biblia, que el amor, no busca lo suyo (1 Corintios 13:5) y Jesús lo demostró cuando incluso pidió al Padre que si fuera posible pasara de Él esa copa, pero termino haciendo el sacrificio de ir a la cruz por amor.
Por eso amor, es más que palabras; es lo que se dice sin hablar; lo que se vive al caminar; es ese bienestar, que se experimenta más al dar que recibir; y lo que llena de felicidad nuestra vida cuando lo alcanzamos.
No es solo un sentimiento, es una decisión de nuestra voluntad y el gran mandamiento que Jesús menciono cuando dijo: “AMARAS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZON, Y CON TODA TU ALMA, Y CON TODA TU MENTE. Este es el grande y el primer mandamiento. Y el segundo es semejante a éste: AMARAS A TU PROJIMO COMO A TI MISMO. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas” (Mateo 22:37:40)
Por eso el apóstol Pablo nos hace un llamado diciendo: “Procurad alcanzar el amor” (1 Corintios 14:1).
Porque aunque hoy nuestro nivel de amor no sea el más grande, tenemos en Dios, la esperanza de poder alcanzarlo y ser lo que Dios espera de nosotros.
Como dice la Biblia: “Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor” (1 Juan 4:7-8).
Que Dios nos ayude a alcanzar ese nivel de amor hacia Él, hacia nuestros semejantes, y a nosotros mismos, para que así reflejemos a Dios en nuestras vida, porque Dios es amor.
Dios les bendiga,
Luis Bravo
Director
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