HASTA ESCUCHARTE, SEÑOR

VERSÍCULO DE APOYO

Y el SEÑOR vino y llamó igual que antes: —¡Samuel! ¡Samuel! Y Samuel respondió: —Habla, que tu siervo escucha. 1 Samuel 3:10



REFLEXIONEMOS

Cuando estamos interesados en algo, no escuchamos adecuadamente, todo lo que nos dicen suena a lo que queremos escuchar. Si deseamos fervorosamente trabajo, salud, dinero o amor, todo lo relacionamos o lo acomodamos a la respuesta que deseamos, nos hacemos de “oídos sordos” y no permitimos que la Voz de Señor sea audible. Debemos orar siempre, no hasta que Dios nos escuche, sino hasta que podamos oír a Dios. Cuando oramos lo que hacemos es sintonizarnos con el Señor, no lo contrario, que Él se sintonice con mis deseos para que me supla con mis deseos tal cual el genio de la lámpara.

¿Y QUÉ TAL TÚ?

¿Para qué orar? Para relacionarme íntimamente con el Señor, para escucharle y comprender lo que Él desea para mí, para conocer su Voluntad y entregarle mi vida, para entender que Él es Soberano y necesito obedecerle sin importar lo que me dé, porque definitivamente Él es Dios y lo que decida siempre es lo mejor, así yo crea que no.

Debemos orar siempre, no hasta que Dios nos escuche, sino hasta que podamos oír a Dios.

De: Viajesus

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