Las caídas de la vida, por cada caída de la vida fui aprendiendo que nunca es tarde
para pedir perdón o decir te quiero. Que cuando los seres queridos se nos van nos damos cuenta
de todas las cosas que nos faltaron por hablar.
La vida no es tan larga como parece por eso hay que vivirla
siempre en presente. No digo que sea malo soñar o proyectar pero a veces
es mejor no esperar.
De los viejos amores aprendí a valorar más al otro, de la familia a estar unidos es un valioso tesoro, descubrí
que llorar no significa cobardía sino es animarnos a demostrar
que tenemos vida.
Aprendíe que una sonrisa puede alegrarnos el día, que un perdón, a veces, puede curar algunas heridas. Que un te quiero es desnudar nuestro corazón y a veces
el alma, que no hay nada más hermoso que amanecer a
tu lado cada mañana…
De las caídas siempre se aprende algo nuevo.
Encontré, al dar sin esperar recibir nada a cambio, amigos
en el mundo entero, de cada caída aprendí a levantarme
y siempre encontré algo agradable.
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