1 Juan 3: 17
“Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?” Yo siempre he creído que el verdadero evangelio es aquel que no es solo teórico, sino que practico.
La teoría es lo más fácil que existe, tú puedes aprenderte toda la Biblia versículo por versículo, pero si no pones en práctica lo que de memoria sabes, ¿Qué sentido tiene? Es como aquel hombre que sabe que para vivir necesita alimentarse, pero ¿Que si este hombre no se alimenta, aun cuando sabe que necesita hacerlo? Seguramente no durara mucho tiempo, pues el alimento es vital para la subsistencia del ser humano.
Así mismo la práctica es lo que hace que el evangelio cobre vida, Jesús nos los mostró el mismo, El vino a darnos clases de cómo vivir una vida integra para Dios en donde las obras hablaban de lo que El era y de donde provenía.
¿Será que nosotros sin decir una palabra estamos demostrando a quien pertenecemos? Es duro ver como muchas personas de nuestras congregaciones están pasando por necesidades económicas o materiales y nosotros solo nos conformamos con decir un: “estaré orando por usted”. En la epístola de Juan leemos claramente lo que realmente tendría que hacer el cristiano que tiene bienes, es decir aquel que vive bien porque ha recibido bendición de Dios, Juan dice: “Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?”.
El evangelio es amor y amor al prójimo, Jesús mismo nos dijo: “ama a tu prójimo como a ti mismo”, pero estamos lejos de cumplir ese mandato, la mayoría de nosotros velamos solo por nuestros intereses y nos olvidamos que somos una comunidad de hermanos, hijos de un mismo Padre. Posiblemente tu seas una persona la cual Dios ha bendecido económica y materialmente, pero ¿Será que estas compartiendo de tus bendiciones?, ¿Será que cuando vez a un hermano con necesidad estas tratando de ayudar?, ó ¿Será que eres una persona que solo le importan el bienestar propio? Personalmente Dios me ha dotado de un corazón dadivoso, yo no soy millonario, ni mucho menos tengo grandes cantidades de dinero, pero eso no me impide ayudar cuando veo una necesidad.
Y es que no se necesita tener dinero o muchos bienes para ayudar al necesitado, lo único que se necesita es demostrar el AMOR DE DIOS en tu vida, talvez con algo muy sencillo, pero seguramente con una gran intención de corazón.
Dios observa eso y el es Juez Justo, si El te ha bendecido seguramente es porque quiere que bendigas a mas personas con tu bendición, pero cuando tu escondes esa bendición de Dios y la limitas, entonces puede llegar en algún momento de tu vida una situación en donde pierdas lo que nunca compartiste, pues la regla de oro es: “Lo que siembras, cosechas”.
Amados, comencemos ayudar al necesitado, no esperes a tener grandes cantidades de bienes, con lo poco que se te ha dado bendice a los que puedas, estoy seguro que Dios observara tu corazón y las intenciones de El y te multiplicara lo que des a otros. Debemos poner en práctica el amor de Dios en nuestra vida y una buena forma de hacerlo es AYUDANDO AL QUE LO NECESITE. Si tu vez o conoces de un hermano o hermana que este pasando por situaciones difíciles, acércate a ellos, ora por ellos pero también trata de ayudar en algo, que no solo quede en oraciones, has lo que puedas porque seguramente Dios actuara de una de sus formas únicas de actuar.
No limites tu bendición, bendice a otros con lo que Dios te ha bendecido a ti y veras como lo tuyo prosperara, así como también estarás poniendo en PRÁCTICA el verdadero amor de Dios en tu vida.
“Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra” 2 Corintios 9:7, 8
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