MATEO 8:28-34)
Aquella mañana estaba tranquila y hermosa, el bote en el cual Jesús y sus discípulos habían cruzado el lago se deslizaba hacia tierra firme luego de una noche terrible y salvaje en medio del mar. La noche anterior en medio de una terrible tormenta el Maestro se levantó y usando su voz de comando le ordenó al viento y a las olas que se calmaran. Todo quedó en calma y los discípulos se preguntaron asombrados, ¿Quién será este hombre, que hasta el viento y las olas obedecen? Al día siguiente todo parecía que sería uno de descanso, pero no fue así hermanos, ya en tierra firme y al pie de unas colinas un par de endemoniados se presentaron. Estos habían salido de un cementerio entre cuyas tumbas se escondían, de sus cuerpos desnudos manaba sangre, las cadenas rotas que rodeaban sus muñecas y sus tobillos sonaban mientas corrían. Era un espectáculo terrible, la locura se pintaba en los ojos y en sus voces se dejaban sentir la posesión de los demonios.
La gente que estaba por los alrededores no podía pasar por ese camino y huían aterrados pero, Jesús no. El no temía de nada ni de nadie, el podía dormir en medio de una tormenta en el mar o permanecer con calma mientras un par de locos enfurecidos corría hacia El. Los demonios reconocieron inmediatamente y cuando se acercaron gritaron: “¡Jesús, hijo de Dios! ¿Que vas a hacernos, vas a castigarnos antes del juicio final?, los demonios pidieron entrar en un hato de cerdos que estaba cerca del lugar. Jesús le dio permiso para hacerlos y repente el hato de cerdos se puso enfurecido como lo habían estado los dos hombres. Tan salvaje se pusieron los cerdos que salieron corriendo y se despeñaron cayendo en un lago donde se ahogaron. Los hombres que cuidaban los cerdos huyeron y contaron lo sucedido porque temían que se les echara la culpa de la pérdida de los animales. Luego del suceso comenzó a llegar gente al lugar para enterarse de lo ocurrido, no obstante, los dos locos furiosos que por años habían sido el terror del vecindario estaban sentados a los pies de Jesús, vestidos y con juicio normal. Los discípulos habían compartido sus vestidos con ellos, ayudándoles a higienizarse en las aguas del lago.
La gente de la cuidad se llenó de pavor y rogaron a Jesús que se marchara porque temían perder otros cerdos si El se quedaba mucho tiempo entre ellos. Sin embargo, no se les ocurrió decirles que si El había de quedarse entre ellos podría traer ayuda a otras pobres almas en necesidad. Posteriormente mientras se alejaba el bote, los dos hombres a quienes El había sanado le rogaron que le permitiera ir con El, Jesús no les permitió hacerlo, les dijo vayan a su casa y cuenten como el Señor ha tenido misericordia de ustedes. Hermanos, estos dos hombres serían los primeros misioneros que Jesús enviaría, ellos narraron su historia que se supo en muchos kilómetros a la redonda, todos hablaban de Jesús y anhelaban verlo. La gente que le había pedido a Jesús que se marchara del lugar se sentían avergonzados de lo que había hecho. En otra ocasión que Jesús regreso a Gadara una muchedumbre lo recibió, esto muestra hermanos cuanto pueden hacer dos personas cuando comienzan a hablar de las grandes cosas que Jesús ha hecho por ellas.
Te pregunto hermano,¿Ha hecho Jesús algo grande por ti?, ¿Ha demostrado El su amor por ti de una o de otra manera?, ¿Te ha dado El una mente equilibrada cuando estas enojado o enloquecido por alguna de esas situaciones difíciles que se nos presentan?, ¿Te ha ayudado a dominar algún mal hábito?, entonces, ¿Por qué no contar a todo el mundo esas historias?, quien sabe cuales puedan ser los resultados, recuerda tu testimonio valeroso puede conducir a miles de almas hacia El. No importa cuál sea tu padecimiento a esta hora pon tu mirada en Jehová (para El la Gloria) el médico por excelencia que sana tus heridas y te hace nuevo, si confías y tienes Fe, el hará un milagro (ya está hecho) en tu vida.
CONCLUSION:
Los gadarenos eran personas dominadas por espíritus inmundos, y uno de ellos era vÍctima de una Legión de los seres de la oscuridad. El discurso bíblico no da razones del porqué estas personas estaban poseídas, pero debido a que eran naturales de un pueblo gentil, sin la fe del Dios de los hebreos y pecadores como todas las naciones sin las leyes divinas en contra de la brujería y la adivinación, posiblemente se abrió una entrada a estos ángeles caídos.Estas personas olvidadas por su comunidad, y tachados como “caso perdido”, fueron rescatados por el Santo, que sin vacilar envió sus captores a despeñarse con un hato de cerdos en la mar.
Nuestro amado Señor al humanizarse y empezar su Ministerio Público, era avistado para auxilio de enfermos, endemoniados y personas comunes con sed de justicia y pobres en espíritu. Su preparación y victoria en el desierto había reafirmado su poder de mandar sobre las huestes celestiales y los elementos de este mundo. Cristo enrumbó a sus discípulos en el momento exacto para romper las ataduras de los endemoniados.
Conocer el diálogo del Rabino con los demonios revela su autoridad para romper y expulsar las cadenas que atan al hombre. Las almas pueden salvarse y ser sanadas, pero habrán personas que no se contentan por eso. Jesús el Cristo permitió que su diálogo sirviera para enseñar sobre la guerra espiritual, jerarquías y ver como Dios mira lo inmundo del “jamón del diablo”, pero que los hombres tratan de preservar y multiplicar en sus vidas, a pesar de las terribles consecuencias de estar lejos del maná de Dios y su agua de Vida.
EDWIN “KAKO” VAZQUEZ
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