MI ÚNICO Y ESPECIAL AMIGO
Alcé la vista al cielo, y no pude sostenerla;
Porque el resplandor del sol, me cegó las retinas.
¡Qué grande eres, oh Altísimo!
¡Leo la Biblia y me detengo…!
Tus palabras son fuente de sabiduría
y conocimiento
Son oasis en el desierto,
Son ríos caudalosos
Son océanos, son cascadas.
El esplendor de tu Gracia es visible
Omnímoda calidez de amor
Que trasciende más allá de la cruz,
De la lanza de Longinos, de la corona de espinos
De los clavos, que causaron dolor y sangre
Del hisopo de hiel, para calmar tú sed
Del látigo que flageló tu cuerpo
Con odio, sarcasmo y maldad,
Del rasgo horrendo de tus vestiduras
Que se repartieron a suerte.
Todo por amor; amor grande,
Amor puro y sacrosanto
Fidelidad y obediencia
Humildad y perdón
Grandioso, sempiterno
Eterno
Tu pléyade es perpetua…
¿Quién se pierde por los caminos que dejaste marcados?
Gracias, amigo y padre.
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