Marcos 10, 35-45 |

Recuerdo como hoy su cara sonriente en el despacho de su gasolinera cuando se dio cuenta de que yo estaba leyendo el letrero que estaba en la pared.

El letrero, enmarcado sencillamente, decía: “No vine a ser servido, sino a servir” (Marcos 10, 45).

“Ese es mi gancho”, dijo, y luego explicó: “Cuando alguien me pregunta por qué tengo esa frase ahí, es como si me abrieran una llave y comienzo a hablarle de quién lo dijo y por qué”.

“Me he dado cuenta que es el mejor consejo para aprender a vivir de verdad. Servir da paz, da sentido a mi vida. ¿Si yo no sirvo, para qué sirvo?”.

De esa conversación hace ya algún tiempo. Él, Víctor, ya está en los brazos del Señor.

En estos días, revisando una caja de notas que él escribía continuamente y en cualquier papel, encontré una que dice: “Quien acepta la Palabra y se deja influenciar, se libera, se transforma, cambia, o sea, se convierte.

Descubrir el servir es igual a descubrir el buen vivir”.

La vida de Cristo es un reflejo del Evangelio de Hoy, Él, que es el Hombre en su máxima expresión, el Dios hecho hombre con todo el Poder y autoridad, no desea ni pide glorias humanas, sino, tal como lo expresa el evangelista Marcos: “El hijo del hombre no vino a ser servido, sino a servir...” (Marcos 10, 35-45).

Víctor siguió su ejemplo y su estación de gasolina se convirtió en una verdadera estación de servicios.

El servicio al que nos llama el Señor es una Actitud de Vida que, respaldada por la oración, reparte, a sí mismo y a su alrededor, el amor de Dios. Es el hombre que, pisando la tierra y vinculado a su derredor, hace realidad en pequeño el “amarse unos a otros como yo los amo”.

Muchas veces basta una sonrisa, una mirada, escuchar, ponerse en el lugar del otro, como dice la canción: “Amar es entregarse olvidándose de sí, buscando lo que al otro puede hacer feliz; qué lindo es vivir para amar, qué grande es tener para dar, dar alegría y felicidad, darse uno mismo, eso es amar”.

La pregunta de hoy

¿Cuál es la diferencia entre la actitud de servicio y el servilismo?

Servilismo es actuar por temor, motivado por los caprichos del otro.

Servir cristianamente es actuar con amor, motivado por la necesidad del otro. Servilismo es actuar con
apocamiento ficticio con tal de recibir algo a cambio.

El servicio cristiano es auténtico, es sacrificio sin esperar honores ni reconocimientos.

El servilismo rebaja El servicio enaltece, ante los ojos de Dios.

Nota: A este bello artículo, gentilmente escrito por mi amigo Marcos para ayudarme, solo desearía agregar esta pequeña oración: “Padre del cielo, concédenos pureza de corazón, que sigamos a tu Hijo Jesús con humildad y amor, y que lo hagamos dispuestos a beber de su copa, y sin ninguna intención oculta de darnos importancia sirviendo.

Que sirvamos sin que nuestra mano izquierda sepa lo que hace nuestra derecha”.


Por Luis Garcia.

Fuentes: Listin Diario

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Comentario de Eniid Vanexxa el noviembre 7, 2012 a las 3:29pm
Amen, gracias Dios te guarde! Saludos a ambos!
Comentario de mauro cesar el noviembre 5, 2012 a las 10:33pm

amen  amen  gracias   muchas gracias    SEÑOR  DIOS TODOPODEROSO.

Comentario de Esaú Duque Prieto el noviembre 5, 2012 a las 12:53pm

Bendiciones





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