Y éste es el mensaje que hemos oído de parte de él y os anunciamos: Dios es luz, y en él no hay ningunas tinieblas.
Si decimos que tenemos comunión con él y andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad.
Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.
Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.
Pero si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.
Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis. Y si alguno peca, abogado tenemos delante del Padre, a Jesucristo el justo.
El es la expiación por nuestros pecados, y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
En esto sabemos que nosotros le hemos conocido: en que guardamos sus mandamientos.
El que dice: “Yo le conozco” y no guarda sus mandamientos es mentiroso, y la verdad no está en él.
Pero en el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios ha sido perfeccionado. Por esto sabemos que estamos en él.
El que dice que permanece en él debe andar como él anduvo