A las 11:09am del septiembre 3, 2013, EC GUERRERO dijo...
ola amigis pasaba x aki pasa dejarte mi saludito, en este día tan especial para ti que DIOS te de muchos años mas de vida, que todos tus anhelos y metas sean alcanzados, feliz cumple, lee salmo 122, 145 3juan 1:2 Amada, yo deseo que tú seas prosperada en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma
Hola Graciela , seguro que no me recuerdas, pero siempre quize escribirte, pero nunca pude ,he recibido esto de CristianoBook.com ,te invito a que entres, es de bendición ,es mi deseo que llegue a ti en el tiempo justo, Dios te bendiga
A través de esta lección, se ha tratado de acercarle lo más apropiado posible, para que usted reflexione y medite acerca de lo expuesto en ella. Y estamos seguros, de lo que ha logrado la FE Salvadora del Señor Jesucristo, para nosotros:
· La Salvación (Marcos 16.16; Juan 3.16; Juan 3.36; Hechos 16.31; 1 Pedro 1.8).
· Nos declara justos (Romanos 3.21-30; Romanos 5.1; Gálatas 2.16; Gálatas 3.6).
· No tendremos que afrontar la ira de Dios (Juan 3.36; 1 Tesalonicenses 4.16-18).
El perdón por nuestros pecados (Hechos 10.43; Hechos 13.39; Hechos 26.17-18; Romanos 3.25).
Somos adoptados en la familia de Dios (Juan 1.12; Gálatas 3.26).
Recibimos al Espíritu Santo (Hechos 11.15-17; Gálatas 3.14; Efesios 1.13; 1 Pedro 1.5).
Seremos preservados, hasta el levantamiento de la Iglesia (1 Tesalonicenses 4.13-18; 1 Pedro 1.5).
Somos limpios (Hechos 26.17-18).
Tenemos acceso a Dios (Romanos 5.2; Efesios 3.12).
Heredamos las promesas de Dios (Gálatas 3.22; Hebreos 6.12).
Recibimos la vida eterna (Juan 3.15-16; Juan 6.40, 47; Juan 20.31; Gálatas 2.20).
Produce paz con Dios (Romanos 5.1; Isaías 26.3).
Produce esperanza de la Gloria de Dios (Romanos 5.2).
Produce gozo (Hechos 16.34; 1 Pedro 1.8).
Produce valor para predicar (2 Corintios 4.13).
Una decisión:
Repita estas palabras cuantas veces considere necesario y sobre todo, si se encuentra asediado por las dudas: “Hoy, decido vivir por fe y confiar en Dios en todas las áreas de mi vida. Reconozco mi necesidad, de depender totalmente de Dios, lo cual, es poner la fe en acción. Cuando se presenten los problemas, los retos y dificultades, dependeré de Su fidelidad. La respuesta de Dios será por Su gracia: Su poder capacitador. Me comprometo a enseñar a otros también para que dependan de la fidelidad de Dios y para que caminen con Él en fe. En el nombre del Señor Jesucristo. AMEN”.
4. Las crisis “prueban nuestra FE”. Este es un período de pruebas. Todo lo que sucede a nuestro alrededor parece contrario a lo que Dios ha dicho y no parece haber evidencia natural para nuestra creencia. En este punto, nuestra fe descansa completamente sobre la palabra de Dios (lo que nos ha hablado). “En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas,para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo,…” (1 Pedro 1.6-7). “Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros(como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen.El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia.Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara.Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios,plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido;…” (Romanos 4.16-21). “Envió un varón delante de ellos; a José, que fue vendido por siervo. Afligieron sus pies con grillos; en cárcel fue puesta su persona. Hasta la hora que se cumplió su palabra, el dicho de Jehová le probó” (Salmo 105.17-19). En fe nos entregamos a SU FIDELIDAD. En nuestros tiempos de dudas y luchas, Dios es fiel y no nos abandona. “Si fuéremos infieles, él permanece fiel; el no puede negarse a sí mismo” (2 Timoteo 2.13). Cuando la fe de Tomás y Pedro fue probada, Él siguió fiel. Jesús no los abandonó. “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre” (Hebreos 13.5-6).
5. El resultado de la FE. El resultado final, es siempre la victoria por parte del creyente, lo cual, dará la gloria a Dios: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” (Santiago 1.2-4). “Visitó Jehová a Sara, como había dicho, e hizo Jehová con Sara como había hablado.Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho.Y llamó Abraham el nombre de su hijo que le nació, que le dio a luz Sara, Isaac” (Génesis 21.1-3). “Hasta la hora que se cumplió su palabra, el dicho de Jehová le probó. Envió el rey, y le soltó; el señor de los pueblos, y le dejó ir libre. Lo puso por señor de su casa, y por gobernador de todas sus posesiones, Para que reprimiera a sus grandes como él quisiese, Y a sus ancianos enseñara sabiduría” (Salmo 105.19-22). “Y por la fe en su nombre, a éste, que vosotros veis y conocéis, le ha confirmado su nombre; y la fe que es por él
3. La obediencia a la Palabra de Dios surge, cuando tenemos SU FE. Para que la FE opere o trabaje en nuestra situación, tendremos que obedecer la Palabra de Dios. La fe es ACTIVA, no pasiva. La mayoría de las promesas de Dios son condicionales: Él (Dios) hará SU parte, si nosotros hacemos la nuestra. “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma” (Santiago 2.17). “¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe.Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino?” (Santiago 1.22-25). “Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia” (Génesis 15.6). “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina” (Mateo 7.24-27).
La FE por medio de la Palabra de Dios. “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mateo 24.35). “Séquese la hierba, marchítese la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre” (Isaías 40.8). “Y me dijo Jehová: Bien has visto; porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra” (Jeremías 1.12). Su palabra permanece firme para siempre. La fe surge, cuando Dios nos trae una palabra específica, fuera de lo que Él jamás nos haya dicho, directamente en nuestras circunstancias. Cuando la palabra de Dios, es hablada de tal manera, nos da vida y libera nuestra fe.
¿CÓMO OPERA LA FE?
El principio de la FE se encuentra consagrado en Romanos 3.27: “¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe”. Debe operar en la vida del creyente continuamente, sin importar cuales sean las circunstancias: “…porque por fe andamos, no por vista;…” (2 Corintios 5.7). “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra” (Santiago 1.5-6). Ésta, obra de la siguiente manera:
1. Dios es quien nos da FE. “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá” (Romanos 1.17). “He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá” (Habacuc 2.4). El justo vivirá por SU FE; en otras palabras, la FE que ÉL nos da como don. “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;…” (Efesios 2.8). “…conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno” (Romanos 12.3).
2. La FE brota, al poner atención a la Palabra de Dios. Primeramente, Dios nos anima al dirigirnos una “palabra”, que es aplicable a nuestras circunstancias. Esto puede suceder mientras usted estudia la Biblia o cuando escucha la voz del Espíritu Santo hablándole desde su interior. “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10.17). “Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa.Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará.Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia” (Génesis 15.3-5). “Dijo también Dios a Abraham: A Sarai tu mujer no la llamarás Sarai, mas Sara será su nombre.Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella.Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y se rió, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, ha de concebir?Y dijo Abraham a Dios: Ojalá Ismael viva delante de ti.Respondió Dios: Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás
Muchas otras bendiciones relativas a la vida cristiana evangélica, son recibidas por medio de la FE. Muchas veces, cuando se confrontan personas con el evangelio del Señor Jesucristo y se le dice, que todo lo que tienen que hacer, es creer en su fe o en algo que está haciendo, es muy difícil; porque ni su fe, ni sus obras son suficientes. La FE está basada sólo en lo que Dios ha hecho y lo que Él ha prometido; no en nada del hombre y estas son sus fuentes:
La FE proviene de la naturaleza de Dios. La FE Salvadora, es un don de Dios: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;…” (Efesios 2.8). La creencia del creyente inicialmente vino de Dios: “Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo,…” (Hebreos 6.13).
Porque Dios no puede cambiar: “Porque yo Jehová no cambio…” (Malaquías 3.6). “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación” (Santiago 1.17).
Porque Dios nunca falla: “Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti” (Job 42.2). “Dijo además David a Salomón su hijo: Anímate y esfuérzate, y manos a la obra; no temas, ni desmayes, porque Jehová Dios, mi Dios, estará contigo; él no te dejará ni te desamparará, hasta que acabes toda la obra para el servicio de la casa de Jehová” (1 Crónicas28.20).
Porque Dios nunca miente: “Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?” (Números 23.19). “…conforme a la fe de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es según la piedad,en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos,y a su debido tiempo manifestó su palabra por medio de la predicación que me fue encomendada por mandato de Dios nuestro Salvador,…” (Tito 1.1-3).
La FE por medio de la obra redentora del Señor Jesucristo. “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Hebreos 12.2). Cristo ha venido a ser la fuente de nuestra fe en Dios. El hecho de su muerte y resurrección, provee la base o fundamento para nuestra creencia. “Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención” (1 Corintios 1.30). “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios” (Romanos 5.1-2).
El elemento voluntario. La persona que cree en Cristo con todo su ser, no sólo cree con su intelecto, sus emociones o su voluntad; debe involucrar la voluntad de Dios. Después de conocer, lo que Cristo ha prometido, después de recibir la verdad de sus promesas; entonces la FE se extiende y se apropia de la provisión hecha por el Señor Jesucristo. El conocimiento en sí, no es suficiente. Una persona puede tener el conocimiento de que Cristo, es divino y aún rechazarlo como Salvador. El conocimiento afirma la realidad de estos asuntos, sin que los acepte o rechace. El recibir, no es suficiente. Existe una aceptación mental, que no expresa la rendición del corazón (Romanos 10.10). La verdadera FE, se establece en la voluntad de la persona. La FE se apropia. La FE invade. La FE siempre involucra acción. La FE encamina. Por estas razones, la FE comprende dos elementos importantes:
La rendición total y absoluta a Dios.
La apropiación de Cristo, como salvador.
Varias citas bíblicas, expresan el pensamiento de ceñirse al señorío del Señor Jesucristo, con la vida eterna: “Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos” (Proverbios 23.26). “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11.28-30). “Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos:que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo” (Romanos 10.9).
La FE significa confianza, certidumbre, contar con que algo es verdad. Por supuesto, la FE debe tener contenido; tiene que haber confianza o certidumbre acerca de algo. Tener FE en Cristo para salvación, significa confiar en que, Él puede remover la culpabilidad del pecado y dar vida eterna.
La Salvación será siempre por la FE, no a causa de la fe (Efesios 2.8). La FE es el canal, por el cual recibimos la dádiva de Dios de la vida eterna; no es la causa. Esto es, para que el hombre nunca pueda gloriarse, ni aun de su fe. Pero la FE es el único y necesario canal (Juan 5.24; 17.3).
En el Antiguo Testamento la palabra “FE”, aparece sólo tres veces (Números 35.30; Isaías 57.11; Habacuc 2.4). Pero el hecho de que se use pocas veces el término, no se debe pensar, que el Antiguo Testamento asigna poca importancia a la FE; ya que la idea es frecuente y generalmente se expresa, por medio de verbos como: “creer”, “confiar” o “tener esperanza”, términos que se encuentran en gran cantidad.
La FE, también ocupa un lugar sumamente prominente en el Nuevo Testamento. Aparece más de 300 veces, entre sustantivo, verbo y adjetivo. Esta insistencia en el tema de la FE, debe verse contra el fondo de la obra salvadora de Dios en Cristo. Elemento central en el Nuevo Testamento, es la idea de que Dios envió a su Hijo, para que fuera el Salvador del mundo. Cristo obtuvo la salvación para los hombres, sufriendo una muerte expiatoria, en la cruz del Calvario. FE, es la actitud por medio de la cual el hombre deja de confiar en sus propios esfuerzos, para obtener la salvación, ya se trate de obras piadosas, de bondad ética o de cualquier otra naturaleza. Es la actitud de completa confianza en Cristo y solamente en Él, para todo lo que significa la salvación. Cuando el carcelero de Filipos preguntó: “señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?”, Pablo y Silas le respondieron sin vacilar: “cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa” (Hechos 16.30). Y es para: “todo aquel que en Él cree”, el que cree no pierde; sino, que tiene vida eterna (Juan 3.16). La FE es la única manera, en que el hombre puede recibir la salvación.
LOS ELEMENTOS DE LA FE.
La FE como el arrepentimiento, tiene cuatro elementos:
El elemento intelectual o histórica. Esto comprende a la verdad intelectualmente, como resultado de la educación, la tradición, la crianza, etc. Es humana y no salva (Mateo 7.26; Hechos 26.27–28; Santiago 2.19). Por eso se necesita conocer el evangelio del Señor Jesucristo, a fin de creer en Él, como nuestro Salvador.
El elemento emocional. El Salmo 106.12, enseña lo siguiente: “Entonces creyeron a sus palabras y cantaron su alabanza”. Y se comprueba lo anterior, cuando continuamos en el mismo Salmo 106.24-25: “Pero aborrecieron la tierra deseable; No creyeron a su palabra, antes murmuraron en sus tiendas, Y no oyeron la voz de Jehová”. Terrible, de igual manera lo expresa el mismo Señor Jesús, de manera ma
La FE, significa tener confianza o seguridad en otra persona o en sus palabras. El tener FE en Dios, implica un cambio de la autoconfianza, por la confianza puesta en Dios. Dejamos de confiar en nosotros mismos, para confiar en Él. Abandonamos la dependencia en nuestros limitados recursos del conocimiento y comenzamos a recibir de la fuente ilimitada de los Suyos. La FE, como un acto de obediencia, es la respuesta a lo que Dios ha dicho. La verdadera FE, es expresada en:
1) Obediencia.
2) Acción. Como respuesta, al…
3) Escuchar. La Palabra [voz] de Dios.
Obediencia. La FE en el Señor Jesucristo, es una gracia salvadora, por la cual recibimos a Cristo como Salvador de nuestra alma y todo lo que nos está ofreciendo en el evangelio. Tener FE significa, abandonar toda confianza en los propios recursos y entregarse sin reservas, a la misericordia de Dios. Tener FE significa, aferrarse a las promesas de Dios en Cristo y confiar enteramente, en la obra perfecta de Cristo, en pro de la salvación y en el poder del Espíritu Santo de Dios, que mora en nosotros, para la fortaleza diaria. La FE requiere, confianza plena en Dios y obediencia total a él.
Acción. Posiblemente, una de las afirmaciones más claras del contenido necesario de le FE salvífica; se encuentra en las palabras del Señor Jesús a la mujer pecaminosa samaritana. Él le dijo: “Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber, tú le pedirías, y él te daría agua viva” (Juan 4.10). Conoce acerca del don y de la Persona; entonces pide y recibe la vida eterna.
Escuchar. Ahora el individuo, se apropia personalmente de la verdad y de la persona del Señor Jesucristo y pone su confianza en Él: “Asíque la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10.17).
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ola amigis pasaba x aki pasa dejarte mi saludito, en este día tan especial para ti que DIOS te de muchos años mas de vida, que todos tus anhelos y metas sean alcanzados, feliz cumple, lee salmo 122, 145
3juan 1:2 Amada, yo deseo que tú seas prosperada en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma
Hola Graciela , seguro que no me recuerdas, pero siempre quize escribirte, pero nunca pude ,he recibido esto de CristianoBook.com ,te invito a que entres, es de bendición ,es mi deseo que llegue a ti en el tiempo justo, Dios te bendiga
CONCLUSIÓN:
A través de esta lección, se ha tratado de acercarle lo más apropiado posible, para que usted reflexione y medite acerca de lo expuesto en ella. Y estamos seguros, de lo que ha logrado la FE Salvadora del Señor Jesucristo, para nosotros:
· La Salvación (Marcos 16.16; Juan 3.16; Juan 3.36; Hechos 16.31; 1 Pedro 1.8).
· Nos declara justos (Romanos 3.21-30; Romanos 5.1; Gálatas 2.16; Gálatas 3.6).
· No tendremos que afrontar la ira de Dios (Juan 3.36; 1 Tesalonicenses 4.16-18).
Una decisión:
Repita estas palabras cuantas veces considere necesario y sobre todo, si se encuentra asediado por las dudas: “Hoy, decido vivir por fe y confiar en Dios en todas las áreas de mi vida. Reconozco mi necesidad, de depender totalmente de Dios, lo cual, es poner la fe en acción. Cuando se presenten los problemas, los retos y dificultades, dependeré de Su fidelidad. La respuesta de Dios será por Su gracia: Su poder capacitador. Me comprometo a enseñar a otros también para que dependan de la fidelidad de Dios y para que caminen con Él en fe. En el nombre del Señor Jesucristo. AMEN”.
4. Las crisis “prueban nuestra FE”. Este es un período de pruebas. Todo lo que sucede a nuestro alrededor parece contrario a lo que Dios ha dicho y no parece haber evidencia natural para nuestra creencia. En este punto, nuestra fe descansa completamente sobre la palabra de Dios (lo que nos ha hablado). “En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo,…” (1 Pedro 1.6-7). “Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido;…” (Romanos 4.16-21). “Envió un varón delante de ellos; a José, que fue vendido por siervo. Afligieron sus pies con grillos; en cárcel fue puesta su persona. Hasta la hora que se cumplió su palabra, el dicho de Jehová le probó” (Salmo 105.17-19). En fe nos entregamos a SU FIDELIDAD. En nuestros tiempos de dudas y luchas, Dios es fiel y no nos abandona. “Si fuéremos infieles, él permanece fiel; el no puede negarse a sí mismo” (2 Timoteo 2.13). Cuando la fe de Tomás y Pedro fue probada, Él siguió fiel. Jesús no los abandonó. “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre” (Hebreos 13.5-6).
5. El resultado de la FE. El resultado final, es siempre la victoria por parte del creyente, lo cual, dará la gloria a Dios: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” (Santiago 1.2-4). “Visitó Jehová a Sara, como había dicho, e hizo Jehová con Sara como había hablado. Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho. Y llamó Abraham el nombre de su hijo que le nació, que le dio a luz Sara, Isaac” (Génesis 21.1-3). “Hasta la hora que se cumplió su palabra, el dicho de Jehová le probó. Envió el rey, y le soltó; el señor de los pueblos, y le dejó ir libre. Lo puso por señor de su casa, y por gobernador de todas sus posesiones, Para que reprimiera a sus grandes como él quisiese, Y a sus ancianos enseñara sabiduría” (Salmo 105.19-22). “Y por la fe en su nombre, a éste, que vosotros veis y conocéis, le ha confirmado su nombre; y la fe que es por él
3. La obediencia a la Palabra de Dios surge, cuando tenemos SU FE. Para que la FE opere o trabaje en nuestra situación, tendremos que obedecer la Palabra de Dios. La fe es ACTIVA, no pasiva. La mayoría de las promesas de Dios son condicionales: Él (Dios) hará SU parte, si nosotros hacemos la nuestra. “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma” (Santiago 2.17). “¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe. Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino?” (Santiago 1.22-25). “Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia” (Génesis 15.6). “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina” (Mateo 7.24-27).
El principio de la FE se encuentra consagrado en Romanos 3.27: “¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe”. Debe operar en la vida del creyente continuamente, sin importar cuales sean las circunstancias: “…porque por fe andamos, no por vista;…” (2 Corintios 5.7). “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra” (Santiago 1.5-6). Ésta, obra de la siguiente manera:
1. Dios es quien nos da FE. “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá” (Romanos 1.17). “He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá” (Habacuc 2.4). El justo vivirá por SU FE; en otras palabras, la FE que ÉL nos da como don. “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;…” (Efesios 2.8). “…conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno” (Romanos 12.3).
2. La FE brota, al poner atención a la Palabra de Dios. Primeramente, Dios nos anima al dirigirnos una “palabra”, que es aplicable a nuestras circunstancias. Esto puede suceder mientras usted estudia la Biblia o cuando escucha la voz del Espíritu Santo hablándole desde su interior. “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10.17). “Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa. Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará. Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia” (Génesis 15.3-5). “Dijo también Dios a Abraham: A Sarai tu mujer no la llamarás Sarai, mas Sara será su nombre. Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella. Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y se rió, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, ha de concebir? Y dijo Abraham a Dios: Ojalá Ismael viva delante de ti. Respondió Dios: Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás
Muchas otras bendiciones relativas a la vida cristiana evangélica, son recibidas por medio de la FE. Muchas veces, cuando se confrontan personas con el evangelio del Señor Jesucristo y se le dice, que todo lo que tienen que hacer, es creer en su fe o en algo que está haciendo, es muy difícil; porque ni su fe, ni sus obras son suficientes. La FE está basada sólo en lo que Dios ha hecho y lo que Él ha prometido; no en nada del hombre y estas son sus fuentes:
Varias citas bíblicas, expresan el pensamiento de ceñirse al señorío del Señor Jesucristo, con la vida eterna: “Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos” (Proverbios 23.26). “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11.28-30). “Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo” (Romanos 10.9).
La FE significa confianza, certidumbre, contar con que algo es verdad. Por supuesto, la FE debe tener contenido; tiene que haber confianza o certidumbre acerca de algo. Tener FE en Cristo para salvación, significa confiar en que, Él puede remover la culpabilidad del pecado y dar vida eterna.
La Salvación será siempre por la FE, no a causa de la fe (Efesios 2.8). La FE es el canal, por el cual recibimos la dádiva de Dios de la vida eterna; no es la causa. Esto es, para que el hombre nunca pueda gloriarse, ni aun de su fe. Pero la FE es el único y necesario canal (Juan 5.24; 17.3).
En el Antiguo Testamento la palabra “FE”, aparece sólo tres veces (Números 35.30; Isaías 57.11; Habacuc 2.4). Pero el hecho de que se use pocas veces el término, no se debe pensar, que el Antiguo Testamento asigna poca importancia a la FE; ya que la idea es frecuente y generalmente se expresa, por medio de verbos como: “creer”, “confiar” o “tener esperanza”, términos que se encuentran en gran cantidad.
La FE, también ocupa un lugar sumamente prominente en el Nuevo Testamento. Aparece más de 300 veces, entre sustantivo, verbo y adjetivo. Esta insistencia en el tema de la FE, debe verse contra el fondo de la obra salvadora de Dios en Cristo. Elemento central en el Nuevo Testamento, es la idea de que Dios envió a su Hijo, para que fuera el Salvador del mundo. Cristo obtuvo la salvación para los hombres, sufriendo una muerte expiatoria, en la cruz del Calvario. FE, es la actitud por medio de la cual el hombre deja de confiar en sus propios esfuerzos, para obtener la salvación, ya se trate de obras piadosas, de bondad ética o de cualquier otra naturaleza. Es la actitud de completa confianza en Cristo y solamente en Él, para todo lo que significa la salvación. Cuando el carcelero de Filipos preguntó: “señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?”, Pablo y Silas le respondieron sin vacilar: “cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa” (Hechos 16.30). Y es para: “todo aquel que en Él cree”, el que cree no pierde; sino, que tiene vida eterna (Juan 3.16). La FE es la única manera, en que el hombre puede recibir la salvación.
La FE como el arrepentimiento, tiene cuatro elementos:
La FE, significa tener confianza o seguridad en otra persona o en sus palabras. El tener FE en Dios, implica un cambio de la autoconfianza, por la confianza puesta en Dios. Dejamos de confiar en nosotros mismos, para confiar en Él. Abandonamos la dependencia en nuestros limitados recursos del conocimiento y comenzamos a recibir de la fuente ilimitada de los Suyos. La FE, como un acto de obediencia, es la respuesta a lo que Dios ha dicho. La verdadera FE, es expresada en:
1) Obediencia.
2) Acción. Como respuesta, al…
3) Escuchar. La Palabra [voz] de Dios.
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