“No codiciarás la casa de tu prójimo…”
Estas fueron las últimas palabras que en medio de estruendos y relámpagos habló Dios desde la cumbre del monte Sinaí a los hijos de Israel mientras estos se estremecían y temblaban en gran manera a la voz tronante de Dios. “No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo. Éxodo 20:17
El diccionario Larousse define la palabra…
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