Debemos estar preparados para sorpresas porque al orar para recibir, debemos recibir lo que Dios tiene para darnos y, tal vez, no sea lo que nosotros le estamos pidiendo. Recuerde que Dios no pone su mirada en nuestras peticiones sino en nuestras verdaderas necesidades. ¿Qué cree usted que el mendigo pensaba sobre su necesidad y petición? Él pensaba que necesitaba dinero. Es más, la gente del lugar, durante cuarenta años, al darle dinero, le estaba…
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