Él nos conoce mejor que nosotros mismos. Sólo Él sabe los verdaderos deseos de nuestro corazón, por lo que nunca debemos temer dándole nuestro corazón por completo. Ora: "Amado Padre, sé que sólo tienes lo mejor en mente para mí. Te doy mi corazón, mi voluntad y mi vida por completo. Confío en ti Señor - Tú siempre sabes qué es lo mejor para mí, y yo te seguiré.”
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