En el mundo el ser humano busca hacerse de tesoros terrenales.
PERO EL TESORO MAS GRANDE ES EL AMOR DE DIOS Y SU PALABRA. Hagamos nuestras las palbras del Salmista David
¿A quién tengo yo en los cielos, sino a ti? Y fuera de ti, nada deseo en la tierra. Salmo 73:25
¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras!, más que la miel a mi boca. (Samo 119:103)
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