No es necesario que nos hagamos un nombre

[YA'AKOV BEN TZION]

Grandes aflicciones se ciernen sobre las vidas de las personas. Hay hambre en los estómagos, pero hay más hambre en los corazones. Hay confusión en los conceptos, pero hay mayor sed de conocimiento de Dios y necesidad de espiritualidad en el cotidiano quehacer de los hombres sobre la tierra. La información fluye con la rapidez de una creciente y el desorden irresistible de un tornado que todo lo succiona, y todo lo levanta, hasta los cimientos de las casas y los árboles del campo, revolviéndolo todo en su violento giro, que impide mirar con claridad, y amedrenta con su furia. Solo hay una roca, un fundamento sobre el cual, sea que los vientos soplen o las corrientes se agolpen, que permanecerá firme.
De acá surgen agoreros, de más allá curanderos de oficio, en otras latitudes proliferan y medran los engañadores lisonjeros, o los soberbios cretinos en otros sitios del orbe contaminan con veneno el agua, o ponen precio y condición para la vida eterna. Levantan muros y ponen cercados donde se requieren puentes, y puertas, aunque sólo hay Un Camino, y Una Puerta para entrar al redil, y sólo un Pastor para guiar al rebaño a entrar, o para sacarlo a apacentar en pastos abundantes y pozos de agua de vida. Hay un solo rebaño y un redil.
Hay una gran multitud de obreros, pero la viña permanece silvestre porque no se trabaja bien, bajo las órdenes del Labrador. Hemos administrado la heredad como hijos de hombre, y no como hijos de D' s. en el consejo de hombres que hacen prevalecer su consejo en lugar de que el Consejo de YAHWEH sea el que prevalezca.
Oremos porque el Señor de la mies, no solamente envíe obreros a la mies, sino porque el Ruáj (Espíritu) del Señor de la mies, sea la inspiración de los obreros.
Yo, no soy crist