La esperanza es lo que nos mantiene vivos a ti y a mi. Las personas que pierden la esperanza de uno u otro tipo por lo general se convierte en enemigo de la sociedad o en una carga para ella.
Las personas que no tienen ni un rayo de esperanza atacan, se convierten en suicidas por su conducta negligente en busca de una emoción temporarl, o por medio de flagrantes actos de desesperación.
Las religiones del mundo tratan de satisfacer esta sed de esperanza. Ofrecen algo que intenta explicar el aparente caos de la vida. Trágicamente, muchas personas se aferran a una esperanza falsa.
El apóstol Pablo enseñó que nuestra única verdadera esperanza se centra en conocer a Dios tal como se ha revelado pr medio de su Hijo Jesucristo. En su carta a los efesios, Pablo dijo que antes de que ellos confiaran en Cristo estaban sin esperanza y sin Dios en el mundo, según las escrituras en Efesios 2:12 "En aquel tiempo estabáis sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo".
Sin embargo, los que conocemos a Cristo tenemos razones para tener esperanza. Hemos recibido vida espiritual y hemos sido liberados de las garras de la muerte de satanás. Tenemos el Espíritu Santo dentro de nosotros, el cual nos capacita para vivir para Dios, según efesios 1:19 dice: "Y cual la supereminente grandeza de su poder para con nosotros, los que creemos, según la operación del poder de su fuerza".
Tenemos también la seguridad de que nada ni nadie nos puede separar del amor de Dios como dice en (Romanos 8: 35 -39). Tenemos un padre que nos escucha y contesta la oración según la palabra en ( Mateo 7:9-11). Aún nuestro servicio para Cristo serán ricamente premiados, según la palabra de Dios en Colosenses 3:24 "Sabiendo que del Señor recibistéis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís"
Muchas veces pensamos demasiado en los problemas que confrontamos a diario, algunos nos parecen insuperables, o por irremediables que parezcan en nuestra vida en este momento, tenemos razón para abrigar una esperanza porque tenemos un Padre en los cielos que nos ama.
Por eso hoy hay que hacer una pausa en nuestra vidas y repasar las razones de nuestra esperanza que es en Cristo Jesús. Podemos estar seguro de ello. Hay una esperanza para ti.
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