TU NO NECESITAS NINGUN ENTRENAMIENTO PARA COMPARTIR TÚ FE

[EDWIN KAKO VAZQUEZ]

JUAN 9:1-41

Quizás una de las principales razones por la que muchos cristianos no han compartido su fe, es que sienten que Dios nunca los usaría para traer a otros hacia El. Una vez que invitas a Jesucristo a ser tu Salvador y Señor, ya puedes empezar a hablarles a otros de tu nueva fe. En la Biblia hay una historia de u hombre ciego cuya vista fue restaurada cuando Jesús le toco los ojos. Después que Jesús lo sano ciertos dirigentes religiosos conocidos por fariseos, lo atacaron haciéndole preguntas complicadas acerca de Jesús.

La respuesta del hombre se ha hecho clásica: “SI ES PECADOR, NO LO SE, UNA COSA SE, QUE HABIENDO YO SIDO CIEGO, AHORA VEO”. Nosotros como creyentes, nos parecemos al ciego, nosotros también, una vez estábamos ciegos por el poder del engaño del pecado. La Biblia dice que: “EN LOS CUALES EL dios DE ESTE SIGLO CEGÓ EL ENTENDIMIENTO DE LOS INCRÉDULOS, PARA QUE NO RESPLANDEZCA LA LUZ DEL EVANGELIO DE LA GLORIA DE CRISTO EL CUAL ES LA IMAGEN DE DIOS” 2 Corintios 4:4

Pero un día, Dios amorosamente abrió nuestros ojos para que viéramos nuestra verdadera necesidad espiritual y nosotros respondimos al mensaje del evangelio. Aunque no lleguemos a ser grandes eruditos bíblicos, aun así, conocemos mucho más del evangelio que otros y podemos comenzar con eso. Igual que el hombre ciego, podemos en un sentido espiritual, decir a otros: “UNA VEZ ERA CIEGO YO Y AHORA VEO”.

AMEN