Hay un anuncio y una alerta de Dios para sobre no desistir de esa petición que hayamos hecho, pues aunque Dios no está obligado a darnos lo que le estamos pidiendo, sí está obligado a respondernos. Él dijo: "Clama a mí y yo te responderé"; si yo clamé al cielo, debo esperar la respuesta tocante a mi petición. Daniel esperó su respuesta durante veintiún días.
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