Quiero pues que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, si ira ni contienda” 1 Timoteo 2: 8 Durante su peregrinaje por el desierto el pueblo de Israel no acaba de entender el propósito de dios sobre ellos. Se mantenían en un sube y baja contemplando lo que para ellos parecía mejor. Por esta razón Dios permitió que pasaran adversidades haber si entraban en razón. Hasta sus enemigos los humillaron para conducirlos a buscar a Dios en su tribulación y dolor. Vamos al desierto a ver que esta pasando, los amalecitas se están preparando para atacar a los israelitas. Ahí esta Moisés parado dándole órdenes a Josué para que se preparen para el ataque, no es fácil la afrenta. Hay un corre y corre en el campamento, todos van a sus puestos. En tanto, Moisés, Aaron y Hur están situados en la colina que dominaba el campo de batalla. Moisés con sus brazos extendidos hacia el cielo y con la vara de Dios en su diestra esta orando por el éxito de la batalla, que gran escena.
Pero, había algo sobrenatural en aquella posición, mientras la batalla estaba en todo su apogeo el gran caudillo mantenía sus manos levantadas y entonces Israel tomaba ventaja, pero cuando las bajaba, el enemigo hacia de las suyas. Ay mamaaaa, Moisés esta cansadito, que pasara ahora, bingo, Aaron y Hur se dan cuenta y procedieron a sostener los brazos de Moisés y al ponerse el sol el enemigo puso pies en polvorosa. Al sostener Aaron y Hur las manos de Moisés le dejaban saber al pueblo que su deber era apoyarlo en su ardua labor mientras recibía la palabra de dios para trasmitírselas a ellos.
Para ti hermano que lees, es importante que cuando andes en esas batallas de la vida que buscan derribarnos y sacarnos del camino sepas que nuestro destino esta en las manos de Dios. Mientras creas y confíes en Papa, El combatirá por ti, solo maten tus manos hacia el cielo y vendrá la ayuda así como lo hizo Moisés. Si sigues apoyado en tu propia fortaleza seguirás siendo débil y el enemigo acabara contigo. De la misma forma que triunfaron los israelitas ante los amalecitas cuando Moisés levantaba sus manos e intercedía por ellos, así también triunfaran los hijos de Dios cuando mediante la fe se apoyen en la fortaleza de su poderoso Ayudador. Amen
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