La muerte y la vida están en poder de la lengua...” Proverbios 18:21

Con la lengua, podemos definir nuestra vida. Todo lo que sucede en nuestra vida pasa por nuestra lengua. La Bendición o la maldición, la muerte o la vida. La Biblia es muy clara cuando nos dice arriba que la vida y la muerte está en el poder de la lengua. Infelizmente muy pocos creyentes la utilizan bien, produciendo vida. Y muchos se destruyen a si mismos, a su familia y a otros utilizando mal a su lengua. Algunos no saben de la gravedad de esta palabra, otros sabiendo, actúan sin el temor de Dios, hablando tonterías, maldiciones, palabras de derrota y piensan que esto no trae ningún problema.                                                                                                     El que mucho habla, mucho yerra; callar a tiempo es de sabios. Prov. 10:19 (VP).

El imprudente habla mal de su amigo; el prudente guarda silencio. Prov. 11:12 (VP).

Cada uno recoge el fruto de lo que dice y recibe el pago de lo que hace. Prov. 12:14 (VP).

Hay quienes hieren con sus palabras, pero hablan los sabios y dan el alivio. Prov. 12:18 (VP).

Cuidar las palabras es cuidarse uno mismo; el que habla mucho se arruina solo. Prov. 13:3 (VP).

De todo esfuerzo se saca provecho; del mucho hablar, solo miseria. Prov. 14:23 (VP).

La respuesta amable calma el enojo; la respuesta violenta lo excita más. Prov. 15:1 (VP).

La lengua amable es un árbol de vida; la lengua perversa hace daño al espíritu. Prov. 15:4 (VP).

¡Qué grato es hallar la respuesta apropiada, y aún más cuando es oportuna!. Prov. 15:23 (VP).

El hombre justo piensa lo que ha de responder, pero el malvado lanza maldad por la boca. Prov. 15:28 (VP).

Al que piensa sabiamente, se le llama inteligente; las palabras amables convencen mejor. Prov. 16:21 (VP).

El que piensa sabiamente, se sabe expresar, y sus palabras convencen mejor. Prov. 16:23 (VP).

Es de sabios hablar pocos, y de inteligentes mantener la calma. Prov. 17:27 (VP).

Hasta el necio pasa por sabio e inteligente cuando se calla y guarda silencio. Prov. 17:28 (VP).

Cada uno comerá hasta el cansancio del fruto de sus palabras. Prov. 18:20 (VP).

La vida y la muerte dependen de la lengua; los que hablan mucho sufrirán las consecuencias. Prov. 18:21 (VP).

El que tiene cuidado de lo que dice nunca se mete en aprietos. Prov. 21:23 (VP).                                                       Muchas personas sufren con muchas maldiciones, pasan por tragedias y no encuentran una explicación del porque las cosas no le salen bien, y la respuesta muchas veces está en palabras necias que fueron dichas que el mismo ni se acuerda. “Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo. Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.” Santiago 3:2-6. Vemos en este texto que la lengua define nuestra vida (“inflama la rueda de la creación”), por esto el interés de Satanás en instigar nuestra lengua para el mal (“ella misma es inflamada por el infierno”). La lengua es tan importante que, cuándo el Espíritu Santo vino sobre la humanidad por primera vez en el día Pentecostés, la señal en todos los creyentes fue en la lengua: “y comenzaron a hablar en otras lenguas,... les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.”Hechos 2:4,11. Si el Espíritu Santo gobierna nuestra lengua es victoria cierta. En el próximo numero seguiremos con este tema, dónde aprenderemos mucho. Dios les bendiga                                                                                                        Debemos entender que las palabras que hablamos son muy importantes, la Biblia nos enseña muy claramente que hay una relación estrecha entre las palabras que decimos y lo que nos sucede en nuestra vida.

 

"La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos."

Proverbios 18:21                                                                                                                        “La muerte y la vida están en poder de la lengua...” Proverbios 18:21

 La lengua puede ser un manantial de vida o de muerte. ¿Cómo hacer de mi lengua un manantial de vida?

     Profiriendo palabras de victoria y de bendición, como dice en Romanos 12:14: “... bendecid, y no maldigáis”. Este texto habla de bendecir incluso a los enemigos, pero hay personas que maldicen hasta a si mismos o a sus hijos y entes queridos y piensan que no hay problema ninguno. Sin embargo, si convertimos nuestra lengua y empecemos a proferir solamente bendiciones y palabras de victoria sobre nosotros, nuestros negocios, nuestra familia, nuestra Iglesia y hasta sobre nuestros enemigos vamos a cosechar estas bendiciones, pues el Señor dijo en Mateo 10: 12,13 “Y al entrar en la casa, saludadla. Y si la casa fuere digna, vuestra paz vendrá sobre ella; mas si no fuere digna, vuestra paz se volverá a vosotros.” Tenemos que ser personas agradables para los demás de estar y hablar con nosotros, transmitiendo la vida abundante de Jesucristo. “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes”. Efesios 4:29

Profiriendo lo que dice la Palabra de Dios, independiente de las circunstancias, pues, como dice en II Corintios 5: 7 porque por fe andamos, no por vista”. Por ejemplo, si hay crisis económica, todos generalmente están hablando de esto y confesando la derrota de la crisis, pero nosotros confesamos lo que nos dice la  Biblia “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” Filipenses 4:19. No acompañamos lo que dice el mundo. Otro ejemplo: si estamos enfermos, no vamos a estar quejándonos delante de las personas, sino que vamos a declarar las tantas promesas de sanidad que tenemos de Dios, como por ejemplo: “...porque yo soy yave tu sanador”Éxodo 15:26.

 Ahora mismo tu puedes hacer de tu lengua un manantial de vida, como el salmista: “No moriré, sino que viviré, Y contaré las obras de JAH.” Salmos 118:17. 

“La muerte y la vida están en poder de la lengua...” Proverbios 18:21

 Nuestra lengua debe ser como manantial de vida. Ahora veremos algo muy importante: Los Pecados con la lengua.Podemos hablar de seis pecados más comunes.                                                                                                 Maledicencia:

Ya hemos estudiado sobre las maldiciones que pueden venir de tres formas: por pecados propios, por pecados de los antepasados y por palabras proferidas. Mucha gente tienen maldiciones de pobreza, enfermedades y hasta muerte a través de la lengua, palabras de maldición proferidas, esto es la maledicencia. Es el pecado de echar maldiciones sobre otros, familiares y sobre sí mismo (Santiago 3:9,10; “...Sus entrañas son maldad, Sepulcro abierto es su garganta... Salmos 5:9”; Colosenses 3:8; I Corintios 6:9-11).                                                                      

 PALABRAS TORPES Son las “palabrotas”. De este tema ni debemos detenernos a hablar mucho, pues se supone que cada creyente ya está libre de esto. Pero también debemos tomar cuidado con los chistes sucios, con la malicia. Y también con algo que, infelizmente los cristianos no dan mucha importancia: la gritería (Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda maliciaEfesios 4:29-31”; Colos. 3:8).

L a mentira, Es otro pecado muy grave que se hace con la lengua, que también no carece que hablemos mucho. Sin embargo, la mentira es tan sutil que muchos hermanos no son completamente verdaderos y necesitamos ser libres de esto (Colosenses 3:9-10; Maldecir quiere decir "Hablar mal de algo o de alguien", cuando hablamos mal de nuestro esposo o de nuestra esposa, estamos hablando maldición, cuando hablamos mal de la iglesia, estamos hablando maldición . . . por eso, si hemos estado hablando mal, si hemos estado maldiciendo, arrepintámonos y empecemos a hablar bien, hablemos bendición,Vosotros sois de vuestro padre el diablo.. ...Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. Juan. 8:44; “...y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.” Apocalipsis 21:8). Tu lengua está cercanamente relacionada con tu corazón, cuerpo, alma, y espíritu. Por ejemplo, si Satanás tiene el control de tu corazón, él tiene el control de tu lengua:

“Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre, porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre” (Mateo 15:18-20).El exagero también es mentira. Tomemos mucho cuidado para no enredarnos con la lengua, prometiendo y no cumpliendo, pues esto también es infidelidad y mentira.

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Comentario

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Comentario de gina el marzo 8, 2013 a las 11:20am

mui bueno. es como vernos al espejo y ver mucha imperfeccion, pero su  palabra (DIOS) es para corregirnos y transformar nuestra vida por el poder de su palabra.

Comentario de Diana Guerríos el febrero 25, 2013 a las 7:02pm

Amen amado muy buen mensaje gracias por compartirlo bendiciones...

Comentario de Juan Carlos Gonzales el febrero 25, 2013 a las 1:04pm

Hermano, que el Espíritu Santo nos llene de sabiduría cuando tengamos que hablar. Si estamos enojados sería mejor callar porque podemos herir a los que nos rodean. Que nuestros labios hablen de las maravillas de Dios como lo hizo la Iglesia primitiva y que lo registra el libro de los Hechos. Bendiciones.





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