(2 Reyes 4:8-37)
Cuenta la historia que una mujer sunamita y su esposo decidieron apoyar en su ministerio al profeta Eliseo ofreciéndole su casa y comida cuando este anduviera por esos alrededores. Por esta acción y en agradecimiento el profeta quiso recompensar a la mujer, se entero de que este matrimonio no tenía hijos y les prometió que dentro de un ano serian padres y así ocurrió.
Se desprende de la historia que el niño ya estaba grandecito y un día mientras acompañaba a su padre en el campo sufrió una insolación que le produjo la muerte. La mujer no vacilo y acostó a su hijo en la cama que utilizaba Eliseo y salio a buscarlo al monte Carmelo donde este se encontraba. Al llegar la mujer cae a los pies de Eliseo y le cuenta lo sucedido y le comenta que el cuerpo del muchacho yace sobre su cama.
Eliseo se queda pensativo y le replica a Giezi su ayudante que se llevara su vara y la colocara sobre el rostro del muchacho muerto. Giezi obedeció a Eliseo, perooo, cuando regreso a donde estaba Eliseo le dijo muy triste: ¨EL MUCHACHO NO HA DESPÈRTADO¨.
Vamos al momento cuando Eliseo regresa con la mujer a la casa de esta. Silencio hermanos no hagan ruido, ahí llegan, vamos a ver que acontecerá, Eliseo ha entrado al cuarto, cierra la puerta y se arrodilla, esta implorando a Jehová. Mientras la madre sale de la habitación con el corazón doblegado por el dolor y el rostro arrugado por la pena, noten hermanos como de repente ha envejecido.
Ahora Eliseo se esta subiendo a la cama y se ha tendido sobre el cadáver del muchacho, boca con boca, ojos con ojos y palmas con palmas. El cuerpo del muchacho esta recibiendo calor ( 2 Reyes 4:34). Luego de un rato se baja de la cama y esta caminando por la habitación y vuelve a tenderse sobre el muchacho.
En esta ocasión el muchacho estornuda siete veces y ha abierto los ojos, esta vivo de nuevo. Se ha dado el milagro, amennnn, entre tanto Eliseo llama a la madre del muchacho y le dijo bondadosamente: ¨TOMA TU HIJO¨, la madre cayo a los pies del profeta y le expreso su agradecimiento, entonces tomo a su hijo, lo abrazo y beso como solo un madre podía hacerlo que acababa de ver a su mas querido tesoro recuperado de entre los muertos.
COMENTARIO
1.Este breve escrito nos da testimonio del poder de Dios sobre Eliseo, que aparece como dador, restaurador y conservador de la vida.
2.En nombre de Dios el infundió aliento de vida, no piense en respiración una respiración artificial.
3.Cuan gradualmente fue realizada esta operación, al primer intento el cuerpo del muchacho entro en calor, luego estornudo siete veces, algo que una persona sana suele ser un indicio de resfriado, pero en un muerto era señal de vida, y hasta la vitalidad, conforme al simbolismo del numero siete.
4.Dios bendice a sus siervos fieles, aun cuando su servicio pueda parecer pequeño.
5.El ejemplo de la mujer sunamita es uno de fe, de hospitalidad, de un espíritu generoso, con un grande deseo de servir sin esperar nada a cambio, además de eso una mujer conforme y feliz. Pero no podemos pasar por alto otras cosas, fue una mujer humilde, una esposa sabia, prudente, respetuosa con su marido. Ella consultó respetuosamente lo que hicieran, no hizo nada sin su consentimiento; (4:10).
Además fue una buena madre, vio por su hijo enfermo y cuando murió fue a buscar al varón de Dios llena de amargura; (4:27). Como hacen falta mujeres así en la iglesia, tanto trabajo que tienen; (Tito 2:4-5). "Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?. " (Prov. 30:10-31).
KAKO VAZQUEZ
HISTORIADOR
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