“LOS PECADOS PRESUNTUOSOS”
En Salmos 19:12-13, David habla de dos clases de pecados: (1) “los secretos,”indicando aquellos pecados los cuales él ignora haberlos cometido, y (2) “las insolencias” (soberbias), cometidas por ser “demasiado atrevido u osado; tomar demasiados privilegios; mostrar demasiada confianza,arrogancia, o descaro. Si pudo ser perdonado de sus “faltas ocultas” y guardarse de cometer “insolencias” (soberbias), estaría “libre de culpa” delante de Dios e “inocente de grandes transgresiones.” Cuando una persona que tiene dinero —o finge tenerlo— presume de sus posesiones, ¿a qué clase de amigos atrae? El siguiente proverbio bíblico, que pinta un cuadro muy acertado de la naturaleza humana, nos da una pista: “El pobre no tiene de amigo ni al vecino, pero al rico le llueven las amistades” (Proverbios 14:20. La Biblia da a entender que las adulaciones son “una apariencia fingida”, es decir, una máscara que esconde un espíritu codicioso (1 Tesalonicenses 2:5).
Así que es bueno preguntarse: “¿Qué tipo de amistades prefiero? ¿Amigos que me quieran por lo que tengo, o amigos que me quieran por lo que soy?”. La Biblia indica que nuestra conducta influye en la clase de amigos que atraemos. Algunos niños pequeños tratan de hacer movimientos para llamar la atención cuando sus padres no les prestan mucha atención. El niño puede verse envuelto en acciones que parecen extrañas y riesgosas para llamar la atención de sus padres.
Pero, ¿por qué un niño intenta llamar la atención? 
Dile esto a tu hijo todos los días:"Eres un ser único, precioso e irrepetible, nacido del amor. Vales TODO, no por lo que tienes, sino por lo que eres."
Lo dicho anteriormente se trata de un presumir inconsciente donde la persona siente un intenso deseo de hacer que los demás se den cuenta de que están ahí, lo que no es muy bueno. No hay nadie que cae peor que un presumido, siempre haciéndose notar por lo que tiene. En casa, enseña a tus hijos a ser sencillos.
La sencillez es una virtud que se origina en la verdad. ¿Quién soy, realmente? ¿Cuánto valgo? 

Si presumes porque quieres obtener un cierto beneficio a cambio, no hay problema mientras lo has de forma consciente. Presumir de las cosas que uno posee crea otro problema, como lo demuestra el relato bíblico de Ezequías, un rey que vivió en la antigua ciudad de Jerusalén. En una ocasión mostró a ciertos dignatarios babilonios “todo cuanto se hallaba en sus tesoros”. Es muy probable que su inmensa riqueza impresionara a los visitantes. Pero puede que también haya despertado su codicia. Una vez que partieron, un profeta de Dios llamado Isaías le dijo con valor al rey: “Todo lo que hay en tu propia casa será llevado a Babilonia. No quedará nada”. Y eso es justo lo que pasó años más tarde. Los babilonios regresaron y saquearon las riquezas que habían pertenecido a la familia de Ezequías (2 Reyes 20:12-17; Para los presumidos, es lo opuesto. La opinión que los demás tienen de ellos es la cosa más importante y si fallan en agradarles a los demás, se pueden sentir muy mal. A la mayoría de nosotros no nos agrada la gente presumida porque asumimos que son arrogantes y porque a veces nos recuerdan nuestros pequeños logros.
Desde el exterior, la gente presumida parece feliz, poseedora de muchas cosas que los demás desean y a veces superior, pero lo que la mayoría de la gente no sabe es que por dentro son muy distintas. 
Fíjese en lo que esto implica: “las amistades” que le llueven al rico en realidad no son amigos suyos, sino de su dinero. Son “amigos” solo por conveniencia, y sus halagos son falsos.

Las personas presumidas tienen el sentimiento de que no son reconocidas: Las personas presumidas creen que no reciben toda la atención que merecen, así que presumen para enviar un mensaje claro. “Estoy aquí, nótenme”. Así que en realidad una persona presumida te resta rogando que la notes mientras tú ruegas que te acepte. Al contrario de la creencia popular, los presumidos son lo que necesitan la atención. Por ejemplo el hombre que conduce un automóvil de un millón de dólares y mira a las personas en la calle esperando que lo miren de vuelta es más débil que ellos porque necesita su atención, mientras ellos no necesitan nada de él. Hay gente que (siente que) eleva su estatus comprando mansiones o ropa nueva cada fin de semana;yates,viajando,visitando los mejores lugares(paises.),colaboro con obras sociales etc. o si tiene suficiente dinero, lo hace con autos o con joyas o visitas al casino más lejano. A veces hay que dejar que los demás presuman lo que nosotros hacemos. Si no, tal vez no tiene caso atraer ese tipo de atención hacia ti. La Biblia misma afirma: “Que todo hombre coma y realmente beba y vea el bien por todo su duro trabajo. Es el don de Dios” (Eclesiastés 3:13). Pero ¿es prudente ser ostentoso, presumir de lo que uno posee? El que lleva joyas o relojes caros, o usa grandes cantidades de dinero en efectivo se convierte en un blanco apetitoso”. Es mucho mejor seguir el consejo bíblico de no andar presumiendo de lo que uno posee (Jeremías 9:23). Como asegura Proverbios 11:2: “La sabiduría está con los modestos”.Del mismo modo, quien posee la sabiduría de la Biblia sabe que la generosidad y el respeto mutuo son los pilares de la amistad verdadera y que dicha amistad no se rompe aunque se esfumen las riquezas. Todo lo contrario, se va robusteciendo con los años; en Proverbios 17:17

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