2 Reyes 15:1-7; 2 Crónicas 26:1-23
Debido a locura de Amasias Dios permitió que una gran dificultad sobreviniera contra el. El rey de Israel vino desde el norte, derribo una gran parte del muro de Jerusalén, y tomo todo el, oro y la plata del templo. Sus días estaban contados, por que sus súbditos se levantaron contra el, lo persiguieron hasta Laquis y allí le dieron muerte.
Luego de su muerte un joven llamado Uzías tomo su lugar. Su madre Jecolias, era una mujer que lo había criado con mucho amor de Dios. Uzías hizo lo correcto ante Dios y su reinado fue uno de los más largos de la historia, cincuenta y dos anos. Mientras busco a Jehová las cosas le resultaron bien y El lo hizo prosperar de gran manera.
Obtuvo victorias importantes sobre los filisteos, extiendo su poder hasta los limites de Egipto, agrando el ejercito con mas de 300,000 hombres, su armas eran las mas moderna incluyendo una maquina lanza flechas y gruesas piedras, fortifico a Jerusalén construyendo nuevas torres sobre los muros. En los valles y en los llanos edifico defensas para proteger sus fuentes, sus viñedos y sus ganados co9ntra los enemigos.
Pero, entonces vino el pero en su vida, viéndose fortalecido ensoberbeció su corazón hasta corromperse y aquí vino el comienzo de su ruina. Saben hermanos, muchas nosotros mismos cuando recibimos grandes bendiciones de Dios, creemos que las hemos ganada por nuestros propios esfuerzos. Y cuando lo hacemos, buscamos problemas, pues, precursor de caída es la altivez de espíritu. Debido a todo el éxito que Dios le había dado, Uzias pensó que el podría ir al templo y quemar incienso cuando le diera la gana como los sacerdotes.
El pensaba, por que, acaso ellos son mejor que yo, replico Urias. El no sabia a lo que se estaba ateniendo, cuando el sumo pontífice oyó lo que el rey había hecho se fue tras de el con ochenta sacerdotes, cuando entraron al templo el rey Uzias estaba junto al altar del incienso agitando un incensario.
Tremenda tangana se formo, el sacerdote valientemente le dijo Urias: ¨HEYYYYY, TUUUU, NO TIENES DERECHO A OFRECER PERFUMES A JEHOVA, ESO PERTENECE A LOS SACERDOTES, HIJOS DE AARON, QUE HAN SIDO CONSAGRADOS PARA ELLO, SAL DEL SANTUARIO AHORA, POR QUE ESTAS PREVARICANDO, Y NO TE SERA ESTO DE HONOR ANTE DIOS¨.
Atuquitiiiiiiiiiiiiii Uriasssssssss, te han cogido por el cuello, jajaja, no obstante al Urias escuchar todas estas palabras se molesto de gran manera. Veamos que le contesta al sacerdote: ¨Como osaba alguien poner en tela de juicio su derecho de ir donde se le ocurriera en su reino, aun al templo mismo, acaso usted santo pontífice es más santo que yo, uffffffffff, que bochinche.
Siguió la discusión y mientras más furioso se ponía Uzias una mancha blanca apareció en su frente. Los sacerdotes la reconocieron de inmediato y un murmullo de horror se levanto en su medio. Se oyeron gritos de: ¨LEPRA, LEPRA, LEPRA¨, cuando Uzias se dio cuenta salio del templo en carrera, el sabia que el, juicio de Dios había venido sobre el, y su orgullo rápidamente se deshizo.
Hermanos que leen saben que, Uzias fue leproso durante el resto de su vida, tuvo que vivir solo en una casa separada y nunca se le permitió entrar en el templo. Pudo haber sido maravillosamente ayudado, todos los días de su vida, pudo haber sido prosperado en sus últimos anos así como buscaba al Señor en su juventud. Que gran error cometió, que lastima que su orgullo insensato echara a perder todo.
COMENTARIO
1. Su pecado fue usurpar funciones sacerdotales, la transgresión de sus predecesores había sido abandonar el templo de Jehová y quemar incienso en altares idolátricos.
2. La suya consistió en entrar en el templo de Jehová mas adentro de lo que le era permitido.
3. El motivo de este desacato fue su orgullo, su corazón se enalteció para su ruina, su gran fama y prosperidad le inclino a enaltecer su propio corazón en lugar de enaltecer el nombre de Dios en gratitud.
4. En lugar de humillarse Uzias se enojo contra los sacerdotes sin soltar de su mano el incensario.
5. Su castigo fue una lepra incurable que le broto en la frente mientras mas se enojaba.
6. Fue un castigo que correspondió muy apropiadamente a su pecado, en el fondo, era un pecado de orgullo y, por eso, Dios le impuso esta humillación y este deshonor.
KAKO VAZQUEZ
HISTORIADOR
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