CONFESIONES BAJO HIGUERA

Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos.

Aunque falte el producto del olivo, Y los labradores no den mantenimiento,

Y las ovejas sean quitadas de la majada. Y no hayas vacas en los corrales,

Con todo, yo me alegraré en Jehová Y me gozaré en el Dios de mi salvación.

Habacuc 3:17 y 18

Es en el único lugar donde quiero estar, aquí, bajo la higuera, donde tu presencia se manifiesta con poder y misericordia para abrigar mi alma y ser mi escudero en las batallas del diario vivir.

Encontrarme contigo es mi aliciente es la forma en la cual puedo hallar la paz que tanto necesito, el remanso donde quiero descansar, buscar tu rostro en cada mañana, sentir tu respiración como brisa que renueva los sueños.

Nada mas anhelo hoy, porque se que mi alma solo puede existir con tu existir en mi y mi corazón latir en ti como melodía de amor que resplandece en las tinieblas del mundo que pretende atraparme.

Cuando despierto en tus brazos, cuando me descubro en tus manos girando en la rueda para ser moldeada como odre nuevo que sacie la sed en medio del desierto, siendo instrumento de tu amor derramado en la tierra, es el instante en cual entiendo el para que de las experiencias.

Solo así, convencida de tu amistad, parada en la piedra, entre la higuera y la parra, donde tu presencia es fuerte, y tu Espíritu brota como fuente de agua viva, puedo hallar refugio en medio de la tormenta.

Solo conociendo los mas profundos secretos que revelas en mi corazón cuando como niña malcriada sentada en tu regazo lloro mis tristezas y clamo por tanta soledad, puedo entender que hay un mañana después de una noches oscura y fría.

Puedo entrar en la tempestad, puedo temer y llorar, puedo morir en la soledad mas profunda porque me siento segura, porque se en quien he creído y quien guarda mi sueño, en las madrugadas.

Hoy me siento segura, he sabido encontrarte, se que contigo puedo reposar y confesarme vencida, pero jamás derrotada porque tu, adiestras mis manos para las batallas.

Se que aquí, puedo llorar y confesarme débil porque tu eres mi fortaleza, que la tristeza que me embarga, puedo gritar y entender que es la manera de crecer en sabiduría y que aun el dolor de mi alma será para añadir tu ciencia divina que me permitirá acercarme mas a ti.

He descubierto a tu lado, que la debilidad que poseo, me permite reconocerte en los momentos de mayor dificultad sintiéndome así en el hueco de tu mano, donde nada ni nadie puede dañarme, donde ningún arma forjada que se levante contra mi prosperara.

Desde que tu llegaste a mi corazón y te convertiste en mi camino, verdad y vida, yo comprendí que en medio del desierto clamar a ti era la salida, porque me enseñaste cosas grandes y ocultas que no conocía.

Es por ello y muchas cosas mas que hoy puedo caer rendida a tus pies, puedo gritar mi dolor y desvanecer de tristeza en mi corazón, puedo esconderme en un rincón y desaparecer de este mundo en silencio y sola empapada en lagrimas, sintiéndome morir y con mis huesos secos, pero sabiéndote a mi lado todo cobra sentido en mi vida, porque se, que estoy bajo la higuera.

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