Humillaos delante del Señor, y él os exaltará. (Santiago 4:10 RVR60)

El estadio estaba repleto y Frank García que lleva 19 temporadas se aprestaba a consumir el último de su carrera como bateador emergente. Había bases llenas y la multitud rugía aclamándolo como siempre, esto había ocurrido temporada tras temporada. En sus últimas 5 temporadas su rol había sido venir del banco a batear en situaciones difíciles. Durante su carrera había sido un jugador altivo e independiente dentro del terreno de juego. En su grandeza creía que todo debía correr a su alrededor y a sus pies. Esa prepotencia fue su fiel amiga llevándolo a obviar que habían cosas importantes a sus alrededor como sus amigos, su familia y más importante El que le había dado toda la habilidad para jugar.

Ya se había dado cuenta que no podía jugar al alto nivel que una vez lo hizo y luego de este último turno se tenía que retirar. Era su última noche de gloria como pelotero, el conteo estaba en 3 y 2 y el lanzador contrario quiso pasarlo con una recta y cataplunnnn, Frank atino un gran batazo fuera del parque .Era nada más que un “Grand Slam”, que forma de terminar, ahí va García recorriendo las bases. Luego de anotar y el juego finalizado Frank García se quito su camisa y levantándola en lo alto volvió a correr las bases. En esta ocasión los fanáticos lo tributaron como el jugador de béisbol. Pero el fanático de fanáticos Dios al que en una ocasión el le había dado su corazón en un momento dado se alejo del camino dando rienda a su propia gloria.

El no se imaginaba que luego de esa noche ahora tendría que comenzar una nueva fase en su vida, en la que no tendría la gloria del pasado. Cuando vives en tu propia gloria y sin la presencia de Dios en algún momento tu castillo se derrumbara. La Biblia enseña que toda la gloria humana se desvanece en algún momento. Quienes abandonan a Dios corren el riesgo de que El le retire su Espíritu.

Humillarse es una locura para el mundo entero, una tontería, algo sin importancia, conlleva a no reconocer las faltas, los errores, y dan una apariencia de orgullo, altivez, exaltarse es un deporte popular, muchas personas buscan formas de exaltarse a sí mismo, de hacerse notorios, reconocidos.

En la medida que expresamos la importancia de humillarnos bajo la poderosa mano de Dios, y lo hacemos en fe, Dios nos exaltará en su tiempo. Para ir hacia el éxito, el camino correcto es ir primero hacia abajo ósea humillarse ante Dios. Esta es la clave del éxito en la vida de cada persona que tiene proyecciones y sueños.

Oración: Señor Jesucristo, quebranta mi orgullo, reconozco que las veces en que he deseado ir hacia arriba sin humillarme ante Tu presencia no obtengo lo que he deseado mas ahora me humillo ante Ti para que me formes y prepares para el tiempo en el cual has de exaltarme en mis labores, en mi familia, con mis amigos, vecinos y poder servirte mejor.

Bendito sea Dios y padre nuestro, pues reconozco que soy indigno de toda tu misericordia y amor, de tu generosidad e infinita bondad, sin embargo Tu nunca dejas de otorgar el bien aun a los ingratos y a los que se han apartado de ti, Dios mío, conviértenos a ti, para que seamos agradecidos, humildes y piadosos, porque tu eres nuestro apoyo, fortaleza y salvación. En Cristo Jesús nuestro Señor. Amen

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