Fuente: Devocional cristiano
“…DIOS ME HA HECHO REÍR…” (Génesis 21:6)
Sara se rió dos veces. La primera risa fue de incredulidad, porque Dios la había prometido un hijo en su vejez. La segunda fue de felicidad, porque Dios había cumplido su promesa. Pero entre esos dos acontecimientos tuvo que pasar por la experiencia más desgarradora de su vida. Su marido, Abraham, la traicionó para salvar su “pellejo”. Un rey pagano la llevó a su harén, y la habría violado si Dios no hubiera intervenido para evitarlo. Sólo una esposa que de verdad ama a su esposo puede entender por lo que Sara pasó aquella noche.
Podemos aprender algo de esto: En el período de espera entre tu oración por un milagro y su realización, serás probado, madurarás y aprenderás a confiar en Dios mucho más de lo que nunca habías imaginado. Y hay algo más que debes recordar: cuando compartes tus experiencias con otros, no les digas solamente cómo empezaste y dónde estás ahora; más bien cuéntales las pruebas que tuviste que superar, porque ésas son seguramente las mismas cosas con las que tus oyentes batallan. Diles cómo fue probada tu fe en la hoguera de la aflicción antes de que salieras forjado como oro. No dejes que se vayan frustrados porque han reclamado las promesas de Dios y no las han recibido todavía.
La tienda del rey Abimelec donde Sara pasó aquella noche terrorífica se encontraba en un lugar llamado Gerar, que significa “la parada”. Habrá veces en tu vida cuando sientas como que estás en un doloroso punto muerto, totalmente estancado. A lo mejor así te encuentras hoy; en ese caso, debes estar seguro de que Dios será fiel contigo. No sólo te sacará de esta prueba sino que como a Sara, te devolverá la alegría cuando cumpla la promesa que te ha dado.
¡Tienes que ser miembro de Amigos Cristianos para agregar comentarios!
Únete a Amigos Cristianos