No es muy fácil obedecer a la mente, por todos los pensamientos que nos rodean, por que muchas veces son tan fuertes y lógicos que nos establecen límites en nuestra fé, haciéndonos “pensar” que eso que estamos esperando no llegará.
Y que todo lo demás es mas fuerte que nosotros, y comenzamos a ver las circunstancias como grandes muros que nos impiden lograr nuestro objetivo y ver mas allá de lo imposible, pero si creemos en nuestro corazón creamos la convicción de lo que no podemos ver, y lo convertimos en un sentimiento mucho mas poderoso que cualquier pensamiento.
Solo de esta manera podemos esperar esa respuesta con la seguridad de que llegará, podemos estar tranquilos porque aunque nuestra mente nos diga lo contrario, nuestro corazón seguirá creyendo.
No pienses en lo difícil de la espera, cree en la recompensa que trae la respuesta. Bendiciones
FUENTE: REFLEXION DE VIDA
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