Nos transportamos a los límites de Galilea para ver de cerca como Jesús sano a diez leprosos. Ahí esta Jesús que entra a una aldea, se ve fatigado por el viaje, aun así los diez leprosos llegaron hasta 
donde el y a una distancia prudente replicando uno de ellos: “ JESÚS MAESTRO, TEN COMPASIÓN DE NOSOTROS”.


Se puede notar en este parlamento que ellos no le pidieron que los sanara de la lepra sino que tuviera compasión de ellos. Antes de continuar debemos saber que la lepra era una terrible enfermedad en esos tiempos. Era un terrible mal que destrozaba todo contacto humano. De esta manera los leprosos soportaban su existencia despojados de toda esperanza en la vida y sentenciados a la destrucción eterna después de la liberación que para ellos significaba la muerte.

Ante los ojos del pueblo la condición incurable de un leproso era prueba de que Dios nunca revocaría su juicio. Pero llego Jesús lleno de verdad para demostrarle a la gente que su Padre no infringía enfermedades como castigo para el pecado. El quería que la gente supiera que todos los pecadores hallaran perdón cuando acudían al padre. Si Jesús hubiera pasado junto a un leproso sin sanarlo, habría confirmado el temor de la gente de que dios no perdonara a los pecadores afligidos.

No obstante, volvemos al camino y ahí aparecen diez leprosos, hombres inmundos y aislados. Llego el momento preciso y los transformo en hombres limpios y sanos aceptables para sus familias y para la sociedad. Sin embargo, luego del milagro solo uno sintió que su sanamiento, aunque increíble, no era tan importante como el Sanador y regreso a adorar a los pies de Jesús.

Ahí van los otros nueve, solamente se le ven las espaldas, por que sus ojos solo están fijos en su piel fresca. Cuantas veces hoy día ocurre esto, muchas personas que han sido sanadas luego le dan las espaldas a Dios solo fijados s en su ambiente natural. Perooo, a estos nueve Jesús no los maldijo haciendo que su lepra volviera, ni a muchos que el Señor ha sanado en estos tiempos.

Luego de esta gran decepción Jesús permaneció fiel a su Padre. Aunque el perdón se ofrece gratuitamente a todos, solo los que regresan y caen a los pies del Perdonador tiene acceso a la vida eterna. A los otros no se les anula el perdón, por que de todos modos están perdidos, no por que están perdonados, sino por que se gratifican con la dadiva, ignorando al Dador.

COMENTARIOS

1-Debemos esperar que la misericordia de Dios no salga al encuentro cuando vamos por el camino de nuestro deber.

2-Dios nos dejara de hacer por nosotros lo que nosotros no podemos hacer por nosotros mismos.

3. Aunque los medios no nos curen por si mismos, Dios nos curara en el uso diligente de tales medios.

4. Quienes reciben favores divinos deben dar testimonio de ello.

5.Cuando uno de los leprosos viro y se postro delante de los pies de Jesús nos enseña a ser humildes en la expresión de nuestra gratitud al Señor, como lo hemos de ser en nuestras oraciones.

6. De los muchos que son beneficiados de la misericordia divina, hay pocos, muy pocos que se muestran agradecidos a Dios.
ED VAZZ

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