“Y dijeron los varones a Lot-Tienes aquí alguno más,-Yernos , y tus hijas y tus hijos, y todo lo que tienes en la ciudad, sácalo de este lugar, porque vamos a destruir este lugar, por cuanto el clamor contra ellos ha subido de punto delante de Jehová, por tanto, Jehová nos ha enviado para destruirlos” Genesis 19: 12-13.
Los invito amigos lectores a recorrer las calles de Sodoma, tengan cuidado porque toda la ciudad vela que llegue un extranjero para saciar sus deseos homosexuales. Caminen junto a mí y no se despeguen, vamos a ser testigo de esta disparada irracional que dio lugar a uno de los relatos más increíble de la Biblia. Debo informarles que aquí la violencia sexual no es el único problema, hay soberbia, burla, ociosidad y no existe ni una pizca de confraternización entre ellos. En realidad no se puede encontrar una palabra que pudiera definir las barbaridades de aquella gentuza pecadora.
Entretanto Dios le comunica a Abraham que no destruirá la ciudad si por lo menos encuentra a diez hombres justos. Cuando Abraham paso revista en su mente de los posibles candidatos no encontró ni uno. Ya Dios estaba cansado de esta gente y su paciencia llego a su límite preparando la escena para la destrucción final. Pero siempre hay chismes que surcan los aires, se dice que unos años antes Abraham se negó a aceptar una recompensa de parte de rey de Sodoma porque no quería tener nada que ver con este tipo de sociedad.
Vamos a despejar dudas de lo antes mencionado, no quiero que pongan el nombre de Abraham en entre dicho. Al volver Abraham de haber derrotado a Quedorlaómer y a sus compinches y rey de Sodoma le salió al paso en el Valle del Rey. Allí estaba también Melquisedec, rey de Salem y sacerdote de Dios que se alegro mucho de la victoria de Abraham. Este saco pan y vino y bendijo a Abraham diciendo:, “Abram que te bendiga el Dios altísimo creador del cielo y la tierra, el Dios altísimo merece toda alabanza, pues te dio la victoria sobre tus enemigos”. Abraham le dio a Melquisedec la decima parte de todo lo que había recuperado, por su parte el rey de Sodoma le replicÓ a Abraham: “Devuelve a la gente y quédate con las riquezas”, sin embargo, Abraham le dijo: “Yo le he jurado al Dios Altísimo, creador del cielo y la tierra que no voy a aceptar nada de lo que es tuyo”, atuquitiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.
No tomaré ni un hilo, ni la correa de una sandalia, parque nunca digas que tú me hiciste rico, ahiiiiiiiiiiiii, na masssssss, solo aceptaré lo que mis hombres se han comido y la parte que le toca a Aner, Escol y Mamré, los amigos que me acompañaron. Ya aclarada la controversia volvamos a las calles de Sodoma a ver que más nos informamos, uffff, allá viene Lot, sobrino de Abraham, ni lo miren. Un lleva y trae que ve pasar a Lot nos comenta al rato que este había escogido el camino de la prosperidad, la vida fácil convirtiéndose en una persona importante de aquel lugar.
Pssssssss, amigos están ahí, salgan de su escondite que ya Sodoma ha sido desbastada, lo que hay es una extensión quemada. No hagan ruido, miren a Lot, está lamentándose de que todo lo que tenía lo perdió. Pero, no se imagina que sus hijas lo emborracharían para tener sexo y así dejar descendencia. De esas dos relaciones nacieron Moab y Ben-Ami, en definitiva Lot es el ejemplo perfecto del hombre que por estar excesivamente enredado en un sistema corrupto, no puede tolerar la idea de abandonarlo. Bueno amigos nos vamos, hasta el próximo relato, Dios los Bendice. Amén.
EDWIN KAKO VAZQUEZ
ESCRITOR E HISTORIADOR
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